/ domingo 17 de julio de 2022

Desde la capital | Frente; no ante Biden

No se requiere ser genio en relaciones bilaterales para advertir la diferencia cualitativa entre las visitas del presidente y las que en su momento hicieron sus antecesores a Washington DC para entrevistas con mandatarios estadounidenses. Basta ver lo sucedido frente al Hotel Lombardy, su encuentro con los migrantes mexicanos fuera del país por necesidad; viajaron por horas en autobús para saludarlo; él asomó al balcón y dialogó. Le lanzaron flores, ramo que Beatriz su esposa atrapó; los homenajes en Lafayette a Roosevelt, Luther King y su saludo a familiares. Un mes atrás asfixió el acto hegemónico continental de la “Cumbre” donde Biden pretendió respaldar su guerra comercial y militar en Ucrania.

Con lágrimas en los ojos, una mexicana radicada en Sacramento California sin papeles por 27 años expresó su sentir respecto a López Obrador: “Nunca nadie habló por nosotros como este hombre”. “Por testimonios de migrantes se deduce el primer trazo del evento: agradeciendo las remesas enviadas, el presidente les cede lugar en la 4T; les ubica como fuerza política en pro de los derechos de trabajadores migrantes; él, sin subordinar a México los defendió frente a Biden, no ante él.

Acá, la agresión de uniformados a las comunidades indígenas que en días pasados por celular pidieron auxilio a activistas y organismos civiles defensores de derechos humanos, revivió el histórico abandono que por décadas padecen sin equidad participativa en proyectos de desarrollo económico, injusticia e inseguridad. En 2016 se creó el consejo consultivo que involucró a todas las afectadas por el proyecto “Barrancas del cobre”. Por inacción de gobiernos estatal y federal, los Rarámuri se reunieron el 8 de junio de 2021; analizaron sus necesidades adaptadas en especial al contexto de violencia. El proyecto quedó dividido en dos conceptos: el mestizo que sólo tiende al progreso del proyecto turístico y el Rarámuri “Natiga Busure” suma al desarrollo natural en armonía con naturaleza y soberanía alimentaria.

“No hablamos de puentes, edificios de departamentos, oficinas fastuosas de concreto y cemento”, sino de otro tipo de desarrollo básico que contempla respeto a la cultura y autonomía entre comunidades Rarámuris. Su desarrollo implica armonía con la naturaleza, libre de violencia; dónde puedan rescatar y vivir sus tradiciones; sería algo histórico. En los últimos años recrudecieron pandemia, violencia, la persecución y desplazamientos contra las comunidades por la delincuencia organizada y la tala ilegal. Siguen afectados por los asesinatos de los jesuitas y con “el chueco” en fuga. El propósito es, que ahora sí se les escuche; que vean literalmente que ellos hacen el trabajo que corresponde a los gobiernos sin voluntad política visible aún por parte de las autoridades locales.

En cuestión de monitoreo y seguimiento, obvio que el gobierno estatal debe exhibir voluntad, desarrollar y dar seguimiento, pero en los ejes del plan de desarrollo tocante a comunidades ellos quieren que se involucre al gobierno federal sobre todo en materia de seguridad y denuncian que así como elementos estatales y municipales se aprovechan abusando de su poder, también tienen encontronazos con autoridades federales; sin embargo “demandan mayor presencia del ejército y la guardia nacional que vigilen la zona. Después de tal ejecución podrían involucrarse en mayor medida autoridades estatales y locales; pero en cuestión de los ejes planteados, el plan de desarrollo regional involucra a autoridades federales, sobre todo en cuestiones ambientales y de vigilancia.

Fin de semana. Nota principal la reaprehensión de Caro Quintero y la tragedia de 14 Marinos participes.

Julio Morales Quiñones | Jubilado. Activista.

No se requiere ser genio en relaciones bilaterales para advertir la diferencia cualitativa entre las visitas del presidente y las que en su momento hicieron sus antecesores a Washington DC para entrevistas con mandatarios estadounidenses. Basta ver lo sucedido frente al Hotel Lombardy, su encuentro con los migrantes mexicanos fuera del país por necesidad; viajaron por horas en autobús para saludarlo; él asomó al balcón y dialogó. Le lanzaron flores, ramo que Beatriz su esposa atrapó; los homenajes en Lafayette a Roosevelt, Luther King y su saludo a familiares. Un mes atrás asfixió el acto hegemónico continental de la “Cumbre” donde Biden pretendió respaldar su guerra comercial y militar en Ucrania.

Con lágrimas en los ojos, una mexicana radicada en Sacramento California sin papeles por 27 años expresó su sentir respecto a López Obrador: “Nunca nadie habló por nosotros como este hombre”. “Por testimonios de migrantes se deduce el primer trazo del evento: agradeciendo las remesas enviadas, el presidente les cede lugar en la 4T; les ubica como fuerza política en pro de los derechos de trabajadores migrantes; él, sin subordinar a México los defendió frente a Biden, no ante él.

Acá, la agresión de uniformados a las comunidades indígenas que en días pasados por celular pidieron auxilio a activistas y organismos civiles defensores de derechos humanos, revivió el histórico abandono que por décadas padecen sin equidad participativa en proyectos de desarrollo económico, injusticia e inseguridad. En 2016 se creó el consejo consultivo que involucró a todas las afectadas por el proyecto “Barrancas del cobre”. Por inacción de gobiernos estatal y federal, los Rarámuri se reunieron el 8 de junio de 2021; analizaron sus necesidades adaptadas en especial al contexto de violencia. El proyecto quedó dividido en dos conceptos: el mestizo que sólo tiende al progreso del proyecto turístico y el Rarámuri “Natiga Busure” suma al desarrollo natural en armonía con naturaleza y soberanía alimentaria.

“No hablamos de puentes, edificios de departamentos, oficinas fastuosas de concreto y cemento”, sino de otro tipo de desarrollo básico que contempla respeto a la cultura y autonomía entre comunidades Rarámuris. Su desarrollo implica armonía con la naturaleza, libre de violencia; dónde puedan rescatar y vivir sus tradiciones; sería algo histórico. En los últimos años recrudecieron pandemia, violencia, la persecución y desplazamientos contra las comunidades por la delincuencia organizada y la tala ilegal. Siguen afectados por los asesinatos de los jesuitas y con “el chueco” en fuga. El propósito es, que ahora sí se les escuche; que vean literalmente que ellos hacen el trabajo que corresponde a los gobiernos sin voluntad política visible aún por parte de las autoridades locales.

En cuestión de monitoreo y seguimiento, obvio que el gobierno estatal debe exhibir voluntad, desarrollar y dar seguimiento, pero en los ejes del plan de desarrollo tocante a comunidades ellos quieren que se involucre al gobierno federal sobre todo en materia de seguridad y denuncian que así como elementos estatales y municipales se aprovechan abusando de su poder, también tienen encontronazos con autoridades federales; sin embargo “demandan mayor presencia del ejército y la guardia nacional que vigilen la zona. Después de tal ejecución podrían involucrarse en mayor medida autoridades estatales y locales; pero en cuestión de los ejes planteados, el plan de desarrollo regional involucra a autoridades federales, sobre todo en cuestiones ambientales y de vigilancia.

Fin de semana. Nota principal la reaprehensión de Caro Quintero y la tragedia de 14 Marinos participes.

Julio Morales Quiñones | Jubilado. Activista.