/ domingo 7 de marzo de 2021

Desde la capital | 8 de marzo ¿emancipación?

La Revolución Mexicana alentó la movilización y participación política. En ciertos sectores avanzados en dirigencia política, se respaldaron algunas demandas. En 1916 se celebró el primer Congreso Feminista de Yucatán. Con una alta asistencia de maestras se discutió la posición de la mujer en la nueva sociedad. Se subrayó la jerarquía educativa que entre otras cosas paliaría la discriminación. Se propuso conceder el voto a mujeres. Por su actividad sujeta a la familia y tareas domésticas, se cuestionó su desarrollo en consciencia política y se la considero insensible para participar en asuntos públicos; también por estar ausente de una corriente colectiva. La Constitución de 1917 sustituyó la palabra hombre por individuo o persona. Las mujeres votaron en casillas, fueron electas, pero anulados sus votos ninguna llegó a las cámaras. Lograron igualdad en cuanto a derechos individuales y laborales, no políticos. En 1923 en Sn Luis Potosí, un gobernador decretó al fin su derecho a votar y ser votada en elecciones municipales. El ejemplo cundió en otras entidades federativas como Chiapas y Yucatán; estas abrieron con regidurías y diputaciones locales.


Casi 75 años después, Olga Sánchez Cordero, titular de la Secretaría de Gobernación aseguró que, “el gobierno federal y la 4T pasarán a la historia como promotores de la igualdad de género. El machismo mata, destruye las vidas de las mujeres e impide el desarrollo de nuestro país. No es momento de actuar a medias; por mi parte, si no lo hiciera, Yo no tendría cabida en la 4T”.


El sentido interrogante de la palabra “emancipación” nos dice que, su significado no se identifica con la realidad que se pregona en el mundo. La mujer no se ha liberado del perjudicial vínculo de la subordinación tanto a hombres como a mujeres dependientes de hombres que no las dejan “ser libres o simplemente, ser”. Así, la mujer ordinaria, la real, sigue subordinada. Dígase lo que se diga, y no alcanzará su completa autonomía mientras como hoy, siga sujeta a la autoridad del poder económico-partidista electorero; ámbito en total dominio del machismo.


Después de las críticas al presidente por pedir a las feministas, “no hagan pintas” cuando este lunes 8 de marzo se manifiesten en ciudad de México por el día internacional de la mujer, su vocero afirmó que, “la 4T es una transformación feminista por los derechos humanos, por la defensa de la naturaleza y de los animales. Protege los derechos sociales de la población. Es una revolución pacífica de las conciencias y de los corazones”. El lunes anterior, el presidente dijo que, “recientes asesinatos como el de Ingrid Escamilla y de Fátima, niña de 7 años, son producto de la decadencia heredada del período neoliberal”. “Debemos apurarnos para tener la constitución moral y apurarnos para que no siga creciendo la mancha negra del individualismo; fortalecer los valores. En lo judicial, no permitir la impunidad”. Aparte, con todo respeto pidió a las feministas, “no nos pinten puertas y paredes. Estamos trabajando para que no haya feminicidios; no somos simuladores y no esperen que nosotros seamos represores. No nos confundan. Llevamos años luchando y sabemos cómo sacar la vuelta a la provocación. Respetamos el derecho de todos a la manifestación pacífica; ojalá y lo ejerzan de esa manera”.


El pasado jueves deposité en la Comisión Estatal, para ser turnada a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, mi queja contra el Issste local, cuya negligencia, en mí consulta del 16 de febrero anterior, hasta mí última visita del pasado martes 2, no logré que me fuera subsanada.


La Revolución Mexicana alentó la movilización y participación política. En ciertos sectores avanzados en dirigencia política, se respaldaron algunas demandas. En 1916 se celebró el primer Congreso Feminista de Yucatán. Con una alta asistencia de maestras se discutió la posición de la mujer en la nueva sociedad. Se subrayó la jerarquía educativa que entre otras cosas paliaría la discriminación. Se propuso conceder el voto a mujeres. Por su actividad sujeta a la familia y tareas domésticas, se cuestionó su desarrollo en consciencia política y se la considero insensible para participar en asuntos públicos; también por estar ausente de una corriente colectiva. La Constitución de 1917 sustituyó la palabra hombre por individuo o persona. Las mujeres votaron en casillas, fueron electas, pero anulados sus votos ninguna llegó a las cámaras. Lograron igualdad en cuanto a derechos individuales y laborales, no políticos. En 1923 en Sn Luis Potosí, un gobernador decretó al fin su derecho a votar y ser votada en elecciones municipales. El ejemplo cundió en otras entidades federativas como Chiapas y Yucatán; estas abrieron con regidurías y diputaciones locales.


Casi 75 años después, Olga Sánchez Cordero, titular de la Secretaría de Gobernación aseguró que, “el gobierno federal y la 4T pasarán a la historia como promotores de la igualdad de género. El machismo mata, destruye las vidas de las mujeres e impide el desarrollo de nuestro país. No es momento de actuar a medias; por mi parte, si no lo hiciera, Yo no tendría cabida en la 4T”.


El sentido interrogante de la palabra “emancipación” nos dice que, su significado no se identifica con la realidad que se pregona en el mundo. La mujer no se ha liberado del perjudicial vínculo de la subordinación tanto a hombres como a mujeres dependientes de hombres que no las dejan “ser libres o simplemente, ser”. Así, la mujer ordinaria, la real, sigue subordinada. Dígase lo que se diga, y no alcanzará su completa autonomía mientras como hoy, siga sujeta a la autoridad del poder económico-partidista electorero; ámbito en total dominio del machismo.


Después de las críticas al presidente por pedir a las feministas, “no hagan pintas” cuando este lunes 8 de marzo se manifiesten en ciudad de México por el día internacional de la mujer, su vocero afirmó que, “la 4T es una transformación feminista por los derechos humanos, por la defensa de la naturaleza y de los animales. Protege los derechos sociales de la población. Es una revolución pacífica de las conciencias y de los corazones”. El lunes anterior, el presidente dijo que, “recientes asesinatos como el de Ingrid Escamilla y de Fátima, niña de 7 años, son producto de la decadencia heredada del período neoliberal”. “Debemos apurarnos para tener la constitución moral y apurarnos para que no siga creciendo la mancha negra del individualismo; fortalecer los valores. En lo judicial, no permitir la impunidad”. Aparte, con todo respeto pidió a las feministas, “no nos pinten puertas y paredes. Estamos trabajando para que no haya feminicidios; no somos simuladores y no esperen que nosotros seamos represores. No nos confundan. Llevamos años luchando y sabemos cómo sacar la vuelta a la provocación. Respetamos el derecho de todos a la manifestación pacífica; ojalá y lo ejerzan de esa manera”.


El pasado jueves deposité en la Comisión Estatal, para ser turnada a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, mi queja contra el Issste local, cuya negligencia, en mí consulta del 16 de febrero anterior, hasta mí última visita del pasado martes 2, no logré que me fuera subsanada.