/ viernes 22 de enero de 2021

Degustando la vida | El valor imprescindible de las cosas

Muchas veces nos empeñamos en tener dinero, en tener cosas materiales, el poder y el tener son dos de las cosas que siempre han estado de moda en nuestra sociedad, ambicionar el poder y las riquezas hace que nos olvidemos de nuestra verdadera función en esta vida: ser felices, y una excelente forma de lograr la felicidad es haciendo el bien a los demás. En esta sociedad tan materialista en la que vivimos, todos corremos el riesgo de darle importancia a lo que realmente no lo tiene, todos tenemos objetos y cosas materiales a los que apegamos nuestro corazón y de lo que nos resultaría difícil desprendernos siendo conscientes de esas limitaciones, de las constantes llamadas al consumismo y al gasto exacerbado que recibimos cotidianamente; creo que en gran medida es fruto del ambiente materialista que impregna nuestras acciones diarias, en algunos hogares, basta ver la televisión, escuchar la radio o leer revistas para verse bombardeado con anuncios de lo último o lo más fabuloso que según esto es imprescindible adquirir; hoy en día, cada vez más gente empieza a interesarse por algo "más allá" de nuestro entorno inmediato, creo que nos estamos dando cuenta poco a poco de que las cosas materiales, aunque tienen su importancia y su lugar en nuestra vida, no son la solución para nuestra felicidad y bienestar; quizá sean una fuente de placer, una satisfacción personal, pero, cada día, más personas se dan cuenta de que tener solucionado el plano material no es para nada una garantía de felicidad; para algunas personas desapegarse de los objetos materiales puede ser más difícil que hacerlo de las personas, todos los acontecimientos que hasta el momento han sucedido en nuestra vida, han creado pensamientos y creencias, muchos acontecimientos fueron creados por las cosas que se han pensado, por los propios pensamientos hacemos o deshacemos la vida, el mundo, el universo, y así se van construyendo internamente con el poder del pensamiento y nuestra vida externa y las circunstancias tomarán forma de acuerdo a eso. En esta vida, para algunos, llena de cosas materiales, y para otros sin que comer, nunca antes hubo tantas cosas materiales a nuestro alrededor y a nuestro alcance, nunca antes hubo tanta facilidad para adquirirlas, y sin embargo, la mayoría de la gente vive en una continua disconformidad, insatisfechos por lo que no tienen, por lo que todavía no han adquirido, por lo que todavía no han logrado concretar, es muy triste pensar que existen millones de personas que tienen más de lo que necesitan (y no me refiero exclusivamente a cosas materiales) y que, a pesar de ello, viven con un crónico estado de infelicidad, hoy, ya no es suficiente con tener un automóvil, debe ser de ésta marca, y cada año tratar de cambiarlo cuando antes ni teníamos, ya no es suficiente con tener ropa ahora nos preocupamos que sea de marca, otra pregunta al aire ¿realmente compramos ropa de marca original?, aprende a valorar lo que tienes y comenzarás a sentir mayor felicidad de la que alguna vez creíste era posible experimentar. Steve Sánchez Ribota.

Muchas veces nos empeñamos en tener dinero, en tener cosas materiales, el poder y el tener son dos de las cosas que siempre han estado de moda en nuestra sociedad, ambicionar el poder y las riquezas hace que nos olvidemos de nuestra verdadera función en esta vida: ser felices, y una excelente forma de lograr la felicidad es haciendo el bien a los demás. En esta sociedad tan materialista en la que vivimos, todos corremos el riesgo de darle importancia a lo que realmente no lo tiene, todos tenemos objetos y cosas materiales a los que apegamos nuestro corazón y de lo que nos resultaría difícil desprendernos siendo conscientes de esas limitaciones, de las constantes llamadas al consumismo y al gasto exacerbado que recibimos cotidianamente; creo que en gran medida es fruto del ambiente materialista que impregna nuestras acciones diarias, en algunos hogares, basta ver la televisión, escuchar la radio o leer revistas para verse bombardeado con anuncios de lo último o lo más fabuloso que según esto es imprescindible adquirir; hoy en día, cada vez más gente empieza a interesarse por algo "más allá" de nuestro entorno inmediato, creo que nos estamos dando cuenta poco a poco de que las cosas materiales, aunque tienen su importancia y su lugar en nuestra vida, no son la solución para nuestra felicidad y bienestar; quizá sean una fuente de placer, una satisfacción personal, pero, cada día, más personas se dan cuenta de que tener solucionado el plano material no es para nada una garantía de felicidad; para algunas personas desapegarse de los objetos materiales puede ser más difícil que hacerlo de las personas, todos los acontecimientos que hasta el momento han sucedido en nuestra vida, han creado pensamientos y creencias, muchos acontecimientos fueron creados por las cosas que se han pensado, por los propios pensamientos hacemos o deshacemos la vida, el mundo, el universo, y así se van construyendo internamente con el poder del pensamiento y nuestra vida externa y las circunstancias tomarán forma de acuerdo a eso. En esta vida, para algunos, llena de cosas materiales, y para otros sin que comer, nunca antes hubo tantas cosas materiales a nuestro alrededor y a nuestro alcance, nunca antes hubo tanta facilidad para adquirirlas, y sin embargo, la mayoría de la gente vive en una continua disconformidad, insatisfechos por lo que no tienen, por lo que todavía no han adquirido, por lo que todavía no han logrado concretar, es muy triste pensar que existen millones de personas que tienen más de lo que necesitan (y no me refiero exclusivamente a cosas materiales) y que, a pesar de ello, viven con un crónico estado de infelicidad, hoy, ya no es suficiente con tener un automóvil, debe ser de ésta marca, y cada año tratar de cambiarlo cuando antes ni teníamos, ya no es suficiente con tener ropa ahora nos preocupamos que sea de marca, otra pregunta al aire ¿realmente compramos ropa de marca original?, aprende a valorar lo que tienes y comenzarás a sentir mayor felicidad de la que alguna vez creíste era posible experimentar. Steve Sánchez Ribota.