En este pasado Día de las Madres, me cuestioné sobre cuántas pláticas pendientes hemos dejado con nuestros seres queridos, si aún tienen la fortuna y bendición de contar con su mamá, quizá sea momento de conseguir alguna anécdota que no conozcan y eso mejore la comunicación con un ser querido, no solo nuestra mamá tal vez nuestra abuela, nutrirnos con su conocimiento, quizá cuestionarlos como éramos de pequeños, cuáles fueron sus sentimientos cuando nacimos, como escogieron su modo de vivir, que les ha costado trabajo en su vida, de qué manera pudieron pasar un mal momento y escarbar en su memoria por un recuerdo.
Entiendo que en este punto viene la pregunta : ¿ Eso cómo va a mejorar su salud o mi salud? , todos guardamos recuerdos y estos van ligados a emociones, en el momento que entramos a esos "expedientes" que estaban sin abrir por un tiempo se pueden generar un sentimiento de bienestar junto con una autoevaluación de esos momentos pasados, estimular áreas cerebrales relacionadas no solo con la memoria sino con el desarrollo personal, mejorar habilidades cognoscitivas, tener un enfoque optimista al revivir un problema del pasado ya resuelto e incluso incrementar la autoestima de los participantes de la conversación.
¿Y si mi mamá o mi ser querido ya no se encuentra?, podemos tener un momento con sus recuerdos, traer su esencia y hacerle un homenaje por ejemplo cocinar su comida favorita o lo que nos cocinaba que nos gustaba, e incluso contar una anécdota a nuestro círculo cercano para que ellos conozcan una parte de nosotros, es increíble cuánta información desconocemos de las personas que viven bajo el mismo techo.
En lo personal hay una anécdota de mi mamá donde cuenta que cuando conoció a mi Papá, él casi nunca usaba suéter o chamarra a pesar de hacer frío y el le respondía cuando era cuestionado sobre su motivo para no cubrirse, que el frío era mental, la realidad en ese momento de mi padre siendo el mayor de doce hermanos era que solo tenía un suéter y por la pena de que lo vieran con el mismo siempre , decidía no usarlo seguido, fue hasta una plática en mi infancia con ambos que salió esa historia y mi papá dio la versión real, donde entre apenado y orgulloso, me dijo que si fuera necesario volvería a tener un solo suéter, para que yo y mis hermanos pudiéramos tener ropa abrigadora.
Otra historia que atesoro es de mi abuelita, de cuando ella tenía trece años se le perdió un borrego de su padrastro y tuvo que huir del pueblito donde vivía en Querétaro a la Ciudad de México por el miedo de que le pegaran, con complicidad de su madrina, quien le compró su boleto de tren hizo un viaje sola a buscar a la hermana de su madrina para comenzar a trabajar.
El abstraer recuerdos para los adultos mayores se puede estimular por medio de imágenes, es ahí donde podemos quitarle el polvo a un álbum, sacar un video antiguo, alguna melodía o en ocasiones hasta las pertenencias o muebles, esto afecta positivamente la salud. El recuperar recuerdos son algunas de las herramientas utilizadas por los psicoterapeutas o psiquiatras para ayudar a conservar la identidad de una persona, mejorar su estado de ánimo; por ello al tener una plática podemos ayudarnos en nuestra salud mental y revivir momentos que nos den paz.
Los recuerdos agradables se ha demostrado que tiene un efecto positivo relacionado con la salud, el bienestar físico y mental, esa sensación gratificante disminuye el estrés y estimula las áreas cerebrales relacionadas con la memoria, pero también reduce los eventos de depresión.
Dr. Odín Isaac Gerónimo Cid | Médico Cirujano Militar
