/ domingo 2 de diciembre de 2018

Cómo, cuánto y de qué enojarte

Este tema me apasiona por lo complejo de la humanidad, en lo que es las relaciones cotidianas y políticas, porque es a la deriva de los intereses que cada uno queremos y buscamos manejar, pero esto como medio y resultado de como nos llevamos con los demás.

Es común el dicho de que el que te enoja te domina, o le buscamos para que se enoje y se exhiba como problemático, lo que es en verdad lindo, exquisito y manipulable por necios y dizque inteligentes, porque son mas bien un estorbo en todo.

En esto somos mañosos y todos, ya que queremos que todos los vecinos no se enojen con uno, que nos aguanten tarugada y media y hasta sonrían, más cuando son nuestros gustos e intereses los que se manifiestan y queremos que se haga a toda costa, si no, pues nos da un coraje de aquellas, y si sale como queremos, pues hasta sonreímos de gusto, alegrías, bondad.

Parece tema banal, pero me es interesante, ya que queremos indicarle a los demás cómo se comporten y qué actitudes tomen ante nuestra impresionante e individual y modesta y espléndida capacidad, que queremos manejar las situaciones a nuestro antojo, en todos los campos, laboral, que es lindo esto, caritas de hipocresía a granel y corajitos, a espaldas de uno, pero señores corajitos porque no se adecua a su manera de ser, que por cierto deja mucho qué desear, es tan igual a uno, pero en más peor, pero simpáticos.

Es increíble cómo le señalan a uno, ¡no te enojes!, ¡así es en todos lados!, ¡no les hagas caso!, pero parece que se protege al demonio, ya que mientras tanto te ponen tu recia y sonriéndoles como estúpido, ellos, felices por ser tan inteligentes, y hasta su modo de caminar, pues elegante, airoso; pero no termina en esto, se mal acostumbran a hacer su tiznada voluntad, que después lo consideran obligatorio, y hasta hacen malas caras, que por cierto me recuerdan a los cóconos por el trasero, una boquita chiquitita, tremenda.

Esto es cotidiano, no queremos ver a nadie enojado y menos con uno, y manejarlos es lo mejor para uno, por supuesto, y llegamos a que perdemos por enojarnos y los demás, risueños, y encantadores y encantadoras, en todos los aspectos de la vida.

En lo político, es sonreír encantadoramente al frente y discursos y perdonar las ingenuidades del pueblo y allegados, con una gracia sin igual, porque mantener el control es lo máximo del poder, y disponer de vidas y haciendas, el corolario de la capacidad omnipotente del ser humano, delicioso, y positivo para la grilla.

Esos sugieren de manera enamorada, no les hagas problemas, no te alborotes, aguanta, calla, y sigue andando, de todos modos, es lo mismo en todas partes, como copia fiel, en la familia, los clubes y más, pero me pone a pensar ya que no para en esto, se meten a sugerirte cuánto te enojes, ¡válgame Dios!, hasta en eso llegamos y en serio, muy en serio.

Mas lo interesante es que esos mismos, a espaldas hacen unos corajitos, que golpean gentes, las mandan matar, los queman y tachan de problemáticos, les hacen el feo, poniendo sus mejores caras feas, (que por cierto favor que le hacen a uno, así no los vemos), como suceso excepcional, pero dicen los dichos que esos no son quienes, para justificarlo a uno para ser, no ser o dejar de ser, por lo que hay que ponerse listos y cuidar que no lo manejen a uno con sus berrinchitos, en todas partes, y es sano cuidarse de ellos, y son temas que son el vivir diario, molesto por cierto, pero real, y si no se fija, pues no se nota, porque al hacerlo les provoca más enojos.

Me interesó el tema por las elecciones pasadas, el cambio de poderes, los vecinos, compañeros de trabajo, rivales profesionales y mas yerbas, todos estamos en el mismo suelo, y antes se enseñaba sinceridad, honestidad, honradez, respeto, pero eso era antes, hoy, cena de caníbales y traiciones, la moda.

Este tema me apasiona por lo complejo de la humanidad, en lo que es las relaciones cotidianas y políticas, porque es a la deriva de los intereses que cada uno queremos y buscamos manejar, pero esto como medio y resultado de como nos llevamos con los demás.

Es común el dicho de que el que te enoja te domina, o le buscamos para que se enoje y se exhiba como problemático, lo que es en verdad lindo, exquisito y manipulable por necios y dizque inteligentes, porque son mas bien un estorbo en todo.

En esto somos mañosos y todos, ya que queremos que todos los vecinos no se enojen con uno, que nos aguanten tarugada y media y hasta sonrían, más cuando son nuestros gustos e intereses los que se manifiestan y queremos que se haga a toda costa, si no, pues nos da un coraje de aquellas, y si sale como queremos, pues hasta sonreímos de gusto, alegrías, bondad.

Parece tema banal, pero me es interesante, ya que queremos indicarle a los demás cómo se comporten y qué actitudes tomen ante nuestra impresionante e individual y modesta y espléndida capacidad, que queremos manejar las situaciones a nuestro antojo, en todos los campos, laboral, que es lindo esto, caritas de hipocresía a granel y corajitos, a espaldas de uno, pero señores corajitos porque no se adecua a su manera de ser, que por cierto deja mucho qué desear, es tan igual a uno, pero en más peor, pero simpáticos.

Es increíble cómo le señalan a uno, ¡no te enojes!, ¡así es en todos lados!, ¡no les hagas caso!, pero parece que se protege al demonio, ya que mientras tanto te ponen tu recia y sonriéndoles como estúpido, ellos, felices por ser tan inteligentes, y hasta su modo de caminar, pues elegante, airoso; pero no termina en esto, se mal acostumbran a hacer su tiznada voluntad, que después lo consideran obligatorio, y hasta hacen malas caras, que por cierto me recuerdan a los cóconos por el trasero, una boquita chiquitita, tremenda.

Esto es cotidiano, no queremos ver a nadie enojado y menos con uno, y manejarlos es lo mejor para uno, por supuesto, y llegamos a que perdemos por enojarnos y los demás, risueños, y encantadores y encantadoras, en todos los aspectos de la vida.

En lo político, es sonreír encantadoramente al frente y discursos y perdonar las ingenuidades del pueblo y allegados, con una gracia sin igual, porque mantener el control es lo máximo del poder, y disponer de vidas y haciendas, el corolario de la capacidad omnipotente del ser humano, delicioso, y positivo para la grilla.

Esos sugieren de manera enamorada, no les hagas problemas, no te alborotes, aguanta, calla, y sigue andando, de todos modos, es lo mismo en todas partes, como copia fiel, en la familia, los clubes y más, pero me pone a pensar ya que no para en esto, se meten a sugerirte cuánto te enojes, ¡válgame Dios!, hasta en eso llegamos y en serio, muy en serio.

Mas lo interesante es que esos mismos, a espaldas hacen unos corajitos, que golpean gentes, las mandan matar, los queman y tachan de problemáticos, les hacen el feo, poniendo sus mejores caras feas, (que por cierto favor que le hacen a uno, así no los vemos), como suceso excepcional, pero dicen los dichos que esos no son quienes, para justificarlo a uno para ser, no ser o dejar de ser, por lo que hay que ponerse listos y cuidar que no lo manejen a uno con sus berrinchitos, en todas partes, y es sano cuidarse de ellos, y son temas que son el vivir diario, molesto por cierto, pero real, y si no se fija, pues no se nota, porque al hacerlo les provoca más enojos.

Me interesó el tema por las elecciones pasadas, el cambio de poderes, los vecinos, compañeros de trabajo, rivales profesionales y mas yerbas, todos estamos en el mismo suelo, y antes se enseñaba sinceridad, honestidad, honradez, respeto, pero eso era antes, hoy, cena de caníbales y traiciones, la moda.