/ domingo 14 de marzo de 2021

Casa oración pacto de paz | Unos a otros

Una simple mirada al mundo, podemos ver un mundo fragmentado por mil y una razón. Podemos ver el intento de muchos buscando la restauración del mismo: Unos desde la política, otro desde alguna sociedad civil, otros a título personal etc. Creo que cualquier intento es muy loable.

Por otro lado, la actualización de las noticias llega muy rápido. Y cuando ponemos tanta atención a eventos que se escapan a nuestro control, perdemos de vista el poder que todavía tenemos. Podemos elegir cómo responder a las circunstancias. Y quizá aún más importante, aún en medio de esas circunstancias, podemos elegir cómo tratar a los demás.

En cierta ocasión, los discípulos de Jesús temían que su barca se hundiera, pero luego Él calmó la tormenta. Al igual que los discípulos de Jesús, todos estamos en la misma barca con Jesús, pero también estamos allí unos con otros, y podemos elegir animarnos unos a otros, apoyarnos, amarnos y dirigirnos unos a otros hacia Jesús.

Debido a la situación que estamos viviendo, y aunado las dificultades o problemas propios de cada día, hay muchas personas que viven el día de con temor y sin esperanza como si ya todo hubiera terminado. Están parados frente a la vida con incertidumbre, con temor y sin esperanza, necesitados de amar y ser amados. Han pasado gran parte de su vida amando a la gente; pero ahora es necesitan que alguien los ame.

Es necesario que Dios restaure esas vidas, que restaure este mundo, solo Él lo puede hacer. Como seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, nos ha capacitado para amar y aceptar a toda persona en todo tiempo. Efesios 4:32 dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” Jesús dijo que amar al prójimo es el segundo mandamiento más importante.

Tenemos el poder de elegir amar en tiempos difíciles “Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7)

Una forma de amar es animarnos unos a otros. Aun cuando no podemos estar físicamente el uno con el otro, podemos llamar, enviar mensajes, correos, estar en redes sociales, estar en la iglesia en línea y más, y animarnos unos a otros.

Otra manera es apoyarnos unos a otros. Algunas de las cosas que podemos hacer son simples y prácticas. Podemos hablar con los vecinos y pregunta cómo están y dales una palabra de ánimo. Podemos compartir lo poco o lo mucho que tengamos. Dejar una comida para alguien que no puede salir, o que tiene menos que nosotros.

Dice en 1 Juan 3:18 “Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad” En la parábola del buen samaritano, Jesús explicó lo que para Él es el amor y la misericordia en acción. Es Jesús quien calma nuestras tormentas. Debemos siempre recordar las promesas de Dios, y orar el uno por el otro. Extender la mano y orar, podemos hacer ambas cosas.

No importa lo que estemos pasando, todos estamos juntos en esto y todos vamos a salir juntos de esto con la ayuda de Dios. Todos vivimos en el mismo planeta. Todos respiramos el mismo aire. Jesús dijo que tendríamos aflicciones en este mundo. Pero también nos ha dado su amor, y nos dio el uno al otro.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Una simple mirada al mundo, podemos ver un mundo fragmentado por mil y una razón. Podemos ver el intento de muchos buscando la restauración del mismo: Unos desde la política, otro desde alguna sociedad civil, otros a título personal etc. Creo que cualquier intento es muy loable.

Por otro lado, la actualización de las noticias llega muy rápido. Y cuando ponemos tanta atención a eventos que se escapan a nuestro control, perdemos de vista el poder que todavía tenemos. Podemos elegir cómo responder a las circunstancias. Y quizá aún más importante, aún en medio de esas circunstancias, podemos elegir cómo tratar a los demás.

En cierta ocasión, los discípulos de Jesús temían que su barca se hundiera, pero luego Él calmó la tormenta. Al igual que los discípulos de Jesús, todos estamos en la misma barca con Jesús, pero también estamos allí unos con otros, y podemos elegir animarnos unos a otros, apoyarnos, amarnos y dirigirnos unos a otros hacia Jesús.

Debido a la situación que estamos viviendo, y aunado las dificultades o problemas propios de cada día, hay muchas personas que viven el día de con temor y sin esperanza como si ya todo hubiera terminado. Están parados frente a la vida con incertidumbre, con temor y sin esperanza, necesitados de amar y ser amados. Han pasado gran parte de su vida amando a la gente; pero ahora es necesitan que alguien los ame.

Es necesario que Dios restaure esas vidas, que restaure este mundo, solo Él lo puede hacer. Como seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, nos ha capacitado para amar y aceptar a toda persona en todo tiempo. Efesios 4:32 dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” Jesús dijo que amar al prójimo es el segundo mandamiento más importante.

Tenemos el poder de elegir amar en tiempos difíciles “Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7)

Una forma de amar es animarnos unos a otros. Aun cuando no podemos estar físicamente el uno con el otro, podemos llamar, enviar mensajes, correos, estar en redes sociales, estar en la iglesia en línea y más, y animarnos unos a otros.

Otra manera es apoyarnos unos a otros. Algunas de las cosas que podemos hacer son simples y prácticas. Podemos hablar con los vecinos y pregunta cómo están y dales una palabra de ánimo. Podemos compartir lo poco o lo mucho que tengamos. Dejar una comida para alguien que no puede salir, o que tiene menos que nosotros.

Dice en 1 Juan 3:18 “Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad” En la parábola del buen samaritano, Jesús explicó lo que para Él es el amor y la misericordia en acción. Es Jesús quien calma nuestras tormentas. Debemos siempre recordar las promesas de Dios, y orar el uno por el otro. Extender la mano y orar, podemos hacer ambas cosas.

No importa lo que estemos pasando, todos estamos juntos en esto y todos vamos a salir juntos de esto con la ayuda de Dios. Todos vivimos en el mismo planeta. Todos respiramos el mismo aire. Jesús dijo que tendríamos aflicciones en este mundo. Pero también nos ha dado su amor, y nos dio el uno al otro.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.