/ domingo 11 de julio de 2021

Casa de oración Pacto de Paz | Todo tiempo un tiempo

Todas las cosas en la vida tienen un tiempo, una temporada. Las estaciones del año tienen su tiempo cada una. Un partido tiene su tiempo. Hay tiempo de trabajar, de estudiar y hay un tiempo de vacaciones. El problema es cuando no sabemos reconocer los tiempos de Dios, Jesús dijo a los fariseos y saduceos: “Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ! Hipócritas ¡que sabéis distinguir el aspecto del cielo! Más las señales de los tiempos no podéis ¡(Mateo 16:2-3) Él ha fijado cosas que sucederán en nuestras vidas, y cada una de ellas tiene un tiempo. Hay tiempos buenos y malos, los dos son para que nos vaya bien, porque ¡todo nos ayuda a bien! Dios usa un poco de tiempo bueno para descanso de los tiempos malos, porque lo cierto es que aprendemos más en los malos. Dios tiene un plan para todos nosotros y un ciclo para todos. Pero la verdad, el problema con que nos enfrentamos la mayoría de los seres humanos, es que nos encontramos demasiado ocupados, y muchas veces no tenemos tiempo ni siquiera de hacer lo que debemos de hacer. Constantemente sentimos la sensación de que necesitamos más tiempo, pero no lo hay, el día solo tiene 24 horas, y no hay manera alguna de poder hacer, ni el día, ni la vida más largos. Una gran verdad es que el tiempo no podemos acumularlo, no puedo guardar unos minutos de hoy para mañana. No lo podemos reemplazar, tampoco lo podemos regresar, más bien, debemos aprender a conocer nuestros tiempos, nuestras temporadas, y usarlo correctamente mientras pasa. Si no sabemos organizar sabiamente el tiempo, no podremos organizar el resto de nuestra vida. La palabra de Dios nos habla muy sabiamente sobre el tiempo. Por ejemplo: Eclesiastés 3:1 dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” Es decir, todo tiene su tiempo y su hora, debemos de aprender a conocer lo que es realmente importante y lo que es urgente. Muchas veces nos encontramos haciendo lo que es urgente, dejando de lado lo que realmente es importante. El salmo 90:12 dice “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” En otras palabras, ayúdanos a conocer nuestros tiempos, nuestras temporadas. Estamos viviendo tiempos importantes que están marcando la historia. Hay muchas personas que estudian, se casan o viajan fuera de tiempo, les va mal y después se preguntan: “¿Qué le pasa a Dios?” El problema es que no han entendido los tiempos que Dios ha prefijado para sus vidas. Si no sabemos manejarnos en la dimensión de las temporadas de Dios para nuestras vidas, estamos desubicados y lo más seguro es que estaremos desperdiciando el tiempo. “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efe. 5:15-16) Comienza con una declaración que dice todo: “Mirad, pues, con diligencia como andéis”. Esa es la cosa suprema, no a dónde caminas, sino cómo caminas. A dónde caminas es un problema relativamente simple, pero cómo estás aplicando este principio en cada momento de tu vida, eso es lo que es importante. Puedes conducir de una ciudad a otra sin ningún problema sabiendo a donde debes conducir. La carretera estaba bien marcada, sabes a donde ir, y hay muy poco peligro de perderte. Pero cómo conducir, ese es el problema que se repite constantemente: cómo relacionar los principios de la buena conducción a cada situación cambiante a lo largo de la carretera. Esta es, pues, la exhortación del apóstol aquí: “Observa cuidadosamente cómo caminas sabiamente” Para caminar sabiamente, necesitas conocer cada tiempo, cada temporada en tu vida Entonces continúa dándonos dos características de que consta el caminar correcta y precisamente. Podemos reunirlas alrededor de dos maravillosas palabras que describen la vida cristiana. La primera es con entendimiento, y la segunda es sabiamente.

Camina con entendimiento, y después, sabiamente. Al desarrollar esto, verás cómo estas palabras describen lo que está diciendo: “Aprovechando bien el tiempo”

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor | Estudios Geológicos

Todas las cosas en la vida tienen un tiempo, una temporada. Las estaciones del año tienen su tiempo cada una. Un partido tiene su tiempo. Hay tiempo de trabajar, de estudiar y hay un tiempo de vacaciones. El problema es cuando no sabemos reconocer los tiempos de Dios, Jesús dijo a los fariseos y saduceos: “Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ! Hipócritas ¡que sabéis distinguir el aspecto del cielo! Más las señales de los tiempos no podéis ¡(Mateo 16:2-3) Él ha fijado cosas que sucederán en nuestras vidas, y cada una de ellas tiene un tiempo. Hay tiempos buenos y malos, los dos son para que nos vaya bien, porque ¡todo nos ayuda a bien! Dios usa un poco de tiempo bueno para descanso de los tiempos malos, porque lo cierto es que aprendemos más en los malos. Dios tiene un plan para todos nosotros y un ciclo para todos. Pero la verdad, el problema con que nos enfrentamos la mayoría de los seres humanos, es que nos encontramos demasiado ocupados, y muchas veces no tenemos tiempo ni siquiera de hacer lo que debemos de hacer. Constantemente sentimos la sensación de que necesitamos más tiempo, pero no lo hay, el día solo tiene 24 horas, y no hay manera alguna de poder hacer, ni el día, ni la vida más largos. Una gran verdad es que el tiempo no podemos acumularlo, no puedo guardar unos minutos de hoy para mañana. No lo podemos reemplazar, tampoco lo podemos regresar, más bien, debemos aprender a conocer nuestros tiempos, nuestras temporadas, y usarlo correctamente mientras pasa. Si no sabemos organizar sabiamente el tiempo, no podremos organizar el resto de nuestra vida. La palabra de Dios nos habla muy sabiamente sobre el tiempo. Por ejemplo: Eclesiastés 3:1 dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” Es decir, todo tiene su tiempo y su hora, debemos de aprender a conocer lo que es realmente importante y lo que es urgente. Muchas veces nos encontramos haciendo lo que es urgente, dejando de lado lo que realmente es importante. El salmo 90:12 dice “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” En otras palabras, ayúdanos a conocer nuestros tiempos, nuestras temporadas. Estamos viviendo tiempos importantes que están marcando la historia. Hay muchas personas que estudian, se casan o viajan fuera de tiempo, les va mal y después se preguntan: “¿Qué le pasa a Dios?” El problema es que no han entendido los tiempos que Dios ha prefijado para sus vidas. Si no sabemos manejarnos en la dimensión de las temporadas de Dios para nuestras vidas, estamos desubicados y lo más seguro es que estaremos desperdiciando el tiempo. “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efe. 5:15-16) Comienza con una declaración que dice todo: “Mirad, pues, con diligencia como andéis”. Esa es la cosa suprema, no a dónde caminas, sino cómo caminas. A dónde caminas es un problema relativamente simple, pero cómo estás aplicando este principio en cada momento de tu vida, eso es lo que es importante. Puedes conducir de una ciudad a otra sin ningún problema sabiendo a donde debes conducir. La carretera estaba bien marcada, sabes a donde ir, y hay muy poco peligro de perderte. Pero cómo conducir, ese es el problema que se repite constantemente: cómo relacionar los principios de la buena conducción a cada situación cambiante a lo largo de la carretera. Esta es, pues, la exhortación del apóstol aquí: “Observa cuidadosamente cómo caminas sabiamente” Para caminar sabiamente, necesitas conocer cada tiempo, cada temporada en tu vida Entonces continúa dándonos dos características de que consta el caminar correcta y precisamente. Podemos reunirlas alrededor de dos maravillosas palabras que describen la vida cristiana. La primera es con entendimiento, y la segunda es sabiamente.

Camina con entendimiento, y después, sabiamente. Al desarrollar esto, verás cómo estas palabras describen lo que está diciendo: “Aprovechando bien el tiempo”

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor | Estudios Geológicos