/ domingo 28 de noviembre de 2021

Casa de oración, Pacto de Paz | Tiempo de preparación

Adviento es un tiempo de preparación espiritual. Empieza a celebrarse el cuarto domingo antes de la Navidad. El tiempo de adviento que estamos viviendo, nos convoca a renovarnos y recordar las promesas de salvación para toda la humanidad. Hemos transitado un año donde el dolor, en diferentes expresiones, ha sido compañeros de nuestra sociedad.

Este tiempo de adviento nos desafía para que, frente a la incertidumbre y desesperanza, seguidos de un grito de justicia, busquemos respuestas transformadoras desde el amor de Dios y el amor fraternal. Por eso, deseamos que cada celebración durante este tiempo de adviento sea una ocasión para renovar nuestra esperanza para cambiar y transformar lo que nos destruye como personas. Una oportunidad para compartir las buenas nuevas del evangelio del reino con nuestros vecinos, amigos y familiares. Un momento especial para pensar en aquellos a quienes podríamos invitar para unirse al gozo de la salvación y la esperanza. Esperanza que tenemos que Jesús nos trae el mensaje de que otro mundo es posible.

Adviento nos alienta a esperar algo nuevo renovando nuestro compromiso para cambiar todo aquello que impide que seamos verdaderos seres humanos. La promesa de un mañana diferente nos moviliza a trabajar por un futuro donde el reino de Dios se haga realidad en nuestro mundo.

Es una oportunidad de volvernos a Dios para ser renovados. Volverse a Dios es convertirnos a Él. En oración busquemos volvernos a Cristo y renovar nuestra fe, esperanza y compromiso con Dios para generar un mundo más humano y fraterno.

Adviento es a la vez un tiempo de oración y meditación en la búsqueda de formar una sociedad donde se proclame y viva el reino de Dios en cada lugar donde ella esté. Y una oportunidad para renovar nuestro compromiso con el Señor y hacer que nuestra sociedad, nuestros hogares, barrios y colonias, sean espacios donde se viva la solidaridad, la hospitalidad y se recree la comunión fraternal, y le digamos ¡NO A LA VIOLENCIA!

Es un tiempo en el que somos invitados a dejar nuestros conflictos, y somos llamados a fortalecernos en Cristo y reencontrarnos con nuestros amigos, vecinos compañeros de trabajo, y desde luego, con la familia. Deseamos un Adviento que sea un tiempo de oportunidades para dar razón de nuestra esperanza.

Adviento es una época para que recordemos nosotros y quienes se han distanciado de Cristo, que separados de Él nada bueno podemos hacer (Juan 15:5).

Es un tiempo para vivir y celebrar un encuentro entre Dios que viene al encuentro del hombre, y el hombre en busca de Dios, por un lado, por otro lado, debe ser un tiempo de encuentro fraternal entre la sociedad, bajo la luz del amor de Dios.

Deseo terminar la reflexión de hoy compartiendo la letra de un antiguo canto cristiano cantaba el grupo Generación de Jesús, que habla precisamente de la unidad: “Unidos, unidos en Su Nombre unidos. Unidos, unidos en Su Nombre unidos. Pues en este mundo paz y amor tendremos. Pues en este mundo paz y amor tendremos. Unidos, siempre unidos tomándonos las manos iremos por el mundo cantándole a Dios, la gloria de Jesús al fin resplandecerá, y al mundo llenará de amor y de paz”.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor José Andrés Pimentel M.

Adviento es un tiempo de preparación espiritual. Empieza a celebrarse el cuarto domingo antes de la Navidad. El tiempo de adviento que estamos viviendo, nos convoca a renovarnos y recordar las promesas de salvación para toda la humanidad. Hemos transitado un año donde el dolor, en diferentes expresiones, ha sido compañeros de nuestra sociedad.

Este tiempo de adviento nos desafía para que, frente a la incertidumbre y desesperanza, seguidos de un grito de justicia, busquemos respuestas transformadoras desde el amor de Dios y el amor fraternal. Por eso, deseamos que cada celebración durante este tiempo de adviento sea una ocasión para renovar nuestra esperanza para cambiar y transformar lo que nos destruye como personas. Una oportunidad para compartir las buenas nuevas del evangelio del reino con nuestros vecinos, amigos y familiares. Un momento especial para pensar en aquellos a quienes podríamos invitar para unirse al gozo de la salvación y la esperanza. Esperanza que tenemos que Jesús nos trae el mensaje de que otro mundo es posible.

Adviento nos alienta a esperar algo nuevo renovando nuestro compromiso para cambiar todo aquello que impide que seamos verdaderos seres humanos. La promesa de un mañana diferente nos moviliza a trabajar por un futuro donde el reino de Dios se haga realidad en nuestro mundo.

Es una oportunidad de volvernos a Dios para ser renovados. Volverse a Dios es convertirnos a Él. En oración busquemos volvernos a Cristo y renovar nuestra fe, esperanza y compromiso con Dios para generar un mundo más humano y fraterno.

Adviento es a la vez un tiempo de oración y meditación en la búsqueda de formar una sociedad donde se proclame y viva el reino de Dios en cada lugar donde ella esté. Y una oportunidad para renovar nuestro compromiso con el Señor y hacer que nuestra sociedad, nuestros hogares, barrios y colonias, sean espacios donde se viva la solidaridad, la hospitalidad y se recree la comunión fraternal, y le digamos ¡NO A LA VIOLENCIA!

Es un tiempo en el que somos invitados a dejar nuestros conflictos, y somos llamados a fortalecernos en Cristo y reencontrarnos con nuestros amigos, vecinos compañeros de trabajo, y desde luego, con la familia. Deseamos un Adviento que sea un tiempo de oportunidades para dar razón de nuestra esperanza.

Adviento es una época para que recordemos nosotros y quienes se han distanciado de Cristo, que separados de Él nada bueno podemos hacer (Juan 15:5).

Es un tiempo para vivir y celebrar un encuentro entre Dios que viene al encuentro del hombre, y el hombre en busca de Dios, por un lado, por otro lado, debe ser un tiempo de encuentro fraternal entre la sociedad, bajo la luz del amor de Dios.

Deseo terminar la reflexión de hoy compartiendo la letra de un antiguo canto cristiano cantaba el grupo Generación de Jesús, que habla precisamente de la unidad: “Unidos, unidos en Su Nombre unidos. Unidos, unidos en Su Nombre unidos. Pues en este mundo paz y amor tendremos. Pues en este mundo paz y amor tendremos. Unidos, siempre unidos tomándonos las manos iremos por el mundo cantándole a Dios, la gloria de Jesús al fin resplandecerá, y al mundo llenará de amor y de paz”.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor José Andrés Pimentel M.