/ domingo 19 de diciembre de 2021

Casa de oración, Pacto de Paz | Tiempo de celebrar

Dios ordenó varias fiestas, o celebraciones, las cuales tenían que ver o recordar diferentes momentos de la actuación de Dios entre su pueblo.

Tenemos en éxodo 13:3-9 la forma en que Dios expresa como le gustaría que se celebrase la pascua. Y por supuesto que no es lo mismo pascua que Navidad. Pascua era una fiesta donde el pueblo de Israel recordaba que Dios lo saco de la esclavitud de Egipto, y Navidad es un fiesta donde recordamos que Cristo vino a dar libertad a los cautivos de pecado, la enfermedad, de problemas etcétera, por lo cual no podemos tomar su forma, pero si es una celebración que Dios planeó podemos tomar sus principios y aprender a celebrar la fiesta de la Navidad de una manera que agrade a Dios.

¿Cómo celebrar entonces? En primer lugar recordando. Dios les había dicho: “…tened, memoria de este día…” (v.3) En la pascua, como ya mencionamos, los israelitas recordaban el tiempo de su liberación de Egipto. En esta, y cada Navidad recordamos el tiempo de la venida de Cristo a este mundo pecador para dar libertad y paz. No olvidemos que Cristo es el verdadero motivo de la Navidad, sin Cristo no hay Navidad.

En segundo lugar honremos a Dios. Durante la celebración de la pascua, no debería de haber levadura dentro de su dieta de esos días, la levadura era símbolo de pecado. “…no comeréis leudado.” (v.v. 3, 6, 7) Es decir, una manera digna de celebrar que honre a Dios es, hacerlo sin pecado, que el desenfreno y los excesos no sean el motivo de la celebración.

En tercer lugar no dejemos de celebrar. “…harás esta celebración en este mes.” (v.5) Una vez que Dios llevó al pueblo de Israel a la nueva tierra que les había prometido, hacían la celebración año con año recordando el tiempo de su liberación. ¿Nosotros cuando debemos de celebrar? Lo hacemos, no necesariamente una vez al año, sino más bien podemos, y debemos de celebrar a Cristo cada día de nuestra vida, si es que, hemos experimentado su amor en la salvación y la libertad de nuestro espíritu, y la sanidad de nuestra alma. Celebramos en Navidad que Cristo nos trae como regalo del cielo la libertad de pecado, de enfermedad, cautiverio, tristeza, maldiciones, dolor, amargura, rencor, egoísmo, vanidad, arrogancia, infelicidad, desgracia etc. etc. Por eso mismo, mi estimado amado lector, si aún no ha tenido la oportunidad de invitar a Cristo a su corazón, esta es una buena oportunidad para hacerlo. ¡Celebremos, pues, pero con el verdadero sentido de su significado¡ ¡Celebremos con gozo el regalo del cielo¡

En cuarto lugar, celebremos gradualmente. “Siete días…Por los siete días…y el séptimo día será fiesta para Jehová.” (v.v.6, 7) La pascua era, y es, una fiesta muy importante como para dedicarle solo un día, eran siete días de preparación, siete días de fiesta, y el séptimo día era una gran celebración. De la misma manera, podemos decir que Navidad es una fiesta muy importante como para celebrar solo un día. Hay quienes comienzan a prepararse desde el mes de noviembre, o principios de diciembre, con adornos, regalos y arreglos alusivos a la fecha, según las tradiciones. Pero si hemos entendido el verdadero significado de la Navidad, tomemos tiempo para meditar en los beneficios de la venida de Cristo. Examinemos nuestro corazón y sus motivos, y pongámonos a cuentas con Dios, y con quien sea necesario. Y preparémonos para un día estar delante de la presencia de nuestro Divino Creador.

Seguramente que José y María, como toda pareja, se prepararon para recibir al niño Jesús. Así como Dios ordenó al pueblo que se preparan por siete días para la gran celebración. Así mismo tomemos hoy un tiempo en prepararnos para celebrar a Cristo esta navidad, y cada día de nuestra vida.

En quinto lugar, enseñemos en casa el verdadero motivo de la celebración. “Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.” (v.8) Este es un tiempo especial para enseñar a la familia la esencia de la verdadera fe en Cristo. Enseñemos porque celebramos la Navidad y que la cena, arreglos, regalos y buenos deseos, son solamente adornos del significado real de la fiesta.

Estimado lector, que esta Navidad, y cada día de su vida, pueda usted al lado de su familia, vivir y disfrutar de los beneficios de la Navidad de Cristo.

Que pasen un muy feliz y bendecida Navidad.

Pastor J. Andrés Pimentel M.

Dios ordenó varias fiestas, o celebraciones, las cuales tenían que ver o recordar diferentes momentos de la actuación de Dios entre su pueblo.

Tenemos en éxodo 13:3-9 la forma en que Dios expresa como le gustaría que se celebrase la pascua. Y por supuesto que no es lo mismo pascua que Navidad. Pascua era una fiesta donde el pueblo de Israel recordaba que Dios lo saco de la esclavitud de Egipto, y Navidad es un fiesta donde recordamos que Cristo vino a dar libertad a los cautivos de pecado, la enfermedad, de problemas etcétera, por lo cual no podemos tomar su forma, pero si es una celebración que Dios planeó podemos tomar sus principios y aprender a celebrar la fiesta de la Navidad de una manera que agrade a Dios.

¿Cómo celebrar entonces? En primer lugar recordando. Dios les había dicho: “…tened, memoria de este día…” (v.3) En la pascua, como ya mencionamos, los israelitas recordaban el tiempo de su liberación de Egipto. En esta, y cada Navidad recordamos el tiempo de la venida de Cristo a este mundo pecador para dar libertad y paz. No olvidemos que Cristo es el verdadero motivo de la Navidad, sin Cristo no hay Navidad.

En segundo lugar honremos a Dios. Durante la celebración de la pascua, no debería de haber levadura dentro de su dieta de esos días, la levadura era símbolo de pecado. “…no comeréis leudado.” (v.v. 3, 6, 7) Es decir, una manera digna de celebrar que honre a Dios es, hacerlo sin pecado, que el desenfreno y los excesos no sean el motivo de la celebración.

En tercer lugar no dejemos de celebrar. “…harás esta celebración en este mes.” (v.5) Una vez que Dios llevó al pueblo de Israel a la nueva tierra que les había prometido, hacían la celebración año con año recordando el tiempo de su liberación. ¿Nosotros cuando debemos de celebrar? Lo hacemos, no necesariamente una vez al año, sino más bien podemos, y debemos de celebrar a Cristo cada día de nuestra vida, si es que, hemos experimentado su amor en la salvación y la libertad de nuestro espíritu, y la sanidad de nuestra alma. Celebramos en Navidad que Cristo nos trae como regalo del cielo la libertad de pecado, de enfermedad, cautiverio, tristeza, maldiciones, dolor, amargura, rencor, egoísmo, vanidad, arrogancia, infelicidad, desgracia etc. etc. Por eso mismo, mi estimado amado lector, si aún no ha tenido la oportunidad de invitar a Cristo a su corazón, esta es una buena oportunidad para hacerlo. ¡Celebremos, pues, pero con el verdadero sentido de su significado¡ ¡Celebremos con gozo el regalo del cielo¡

En cuarto lugar, celebremos gradualmente. “Siete días…Por los siete días…y el séptimo día será fiesta para Jehová.” (v.v.6, 7) La pascua era, y es, una fiesta muy importante como para dedicarle solo un día, eran siete días de preparación, siete días de fiesta, y el séptimo día era una gran celebración. De la misma manera, podemos decir que Navidad es una fiesta muy importante como para celebrar solo un día. Hay quienes comienzan a prepararse desde el mes de noviembre, o principios de diciembre, con adornos, regalos y arreglos alusivos a la fecha, según las tradiciones. Pero si hemos entendido el verdadero significado de la Navidad, tomemos tiempo para meditar en los beneficios de la venida de Cristo. Examinemos nuestro corazón y sus motivos, y pongámonos a cuentas con Dios, y con quien sea necesario. Y preparémonos para un día estar delante de la presencia de nuestro Divino Creador.

Seguramente que José y María, como toda pareja, se prepararon para recibir al niño Jesús. Así como Dios ordenó al pueblo que se preparan por siete días para la gran celebración. Así mismo tomemos hoy un tiempo en prepararnos para celebrar a Cristo esta navidad, y cada día de nuestra vida.

En quinto lugar, enseñemos en casa el verdadero motivo de la celebración. “Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.” (v.8) Este es un tiempo especial para enseñar a la familia la esencia de la verdadera fe en Cristo. Enseñemos porque celebramos la Navidad y que la cena, arreglos, regalos y buenos deseos, son solamente adornos del significado real de la fiesta.

Estimado lector, que esta Navidad, y cada día de su vida, pueda usted al lado de su familia, vivir y disfrutar de los beneficios de la Navidad de Cristo.

Que pasen un muy feliz y bendecida Navidad.

Pastor J. Andrés Pimentel M.