/ domingo 30 de mayo de 2021

Casa de oración Pacto de Paz | ¡Se feliz!

Científicos de la universidad de Londres afirman que la gente feliz es menos propensa a desarrollar enfermedades coronarias. El corazón del ser humano está hecho para ser feliz sano y lleno de amor. Entonces busquemos la felicidad y apoyemosla. La familia y el mundo necesita gente feliz. Si queremos cambiar el mundo necesitamos ser felices. Una persona feliz es de gran valor para sí misma y para las demás personas.

Para ser feliz se necesita tener un corazón sano. Tener un corazón dolido, amargado, herido, rencoroso, es un veneno mortal para la vida. Las emociones no sanadas, las heridas del pasado, los abusos, las palabras hirientes y las traiciones no perdonadas son el mal que tienen encarcelados a muchos, y desde luego no son felices. La relación con Dios, las relaciones con terceros, y aún el bienestar, la prosperidad y hasta la salud física, se ven dañados por emociones o corazones no sanados. El corazón adolorido, es un obstáculo para todas las cosas

Si el corazón del ser humano está mal, su espíritu queda oprimido: “El corazón alegre hermosea el rostro; Más por el dolor del corazón el espíritu se abate “(Proverbios 13:15)

Para sanar, debo reconocer en primer lugar que algo no está bien en mi corazón, confesarlo a Dios y pedirle que me ayude, Jesús dice: “…he venido a sanar a los quebrantados de corazón…”(Lucas 4:18)

En segundo lugar, perdonar. Muchas veces a terceros. No perdonar, es mantener un veneno mortal en el corazón. Perdonar es desatarte y desatar a la persona, pues existe un hilo invisible que los une. Cuando perdonas, te desatas de ese hilo y desatas a la persona, y entonces eres libre para poder ser feliz. Perdonar es dejar la ofensa a un lado y declarar palabras de bendición sobre quien te hirió, parece difícil, pero el mismo Señor Jesús nos enseña la necesidad de perdonar.

Cuando perdonas puedes ser feliz. Creo que el perdonar debería ser casi una actitud cotidiana que deberíamos de practicar

Dios conoce el dolor que hay en nuestras vidas y que nos impide ser felices porque vive en nuestro corazón. El conoce y puede sentir ese dolor porque está en nuestro corazón. Él llora contigo porque conoce tu dolor. Cuando le pides que venga a ti, el amor de Dios va descendiendo sobre tu corazón con sanidad y restauración, y entre más amor de Dios, más feliz eres.

Cuando eres feliz, puedes amar a las personas, eres libre y vas caminando en la vida feliz rumbo a la victoria, la prosperidad y el bienestar en general y serás una persona feliz para ti mismo, para tu familia y para este mundo. Si no perdono, sino amo, si no busco el bien del próximo, si no hago bien las cosas, Dios no se une a mí.

Una persona feliz tiene paz con Dios, paz consigo mismo y paz con el próximo. La paz de Dios es nuestra herencia, Jesús dice: “La paz os dejo, mi paz os doy…” (Juan 14:27) No tienes paz, no hay felicidad. Además, una persona feliz siente compasión. Compasión es sentimiento de tristeza que produce al ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, o remediarlo o evitarlo. Bíblicamente, tener misericordia y piedad. Sentir lo que la otra persona siente. Tener cuidado de alguien. Es empatía. Cuando alguien ve a otro en necesidad, con dolor o pena, toma tiempo para confortarla.

Este mundo está desesperado por felicidad y necesita experimentar el amor y la compasión de Dios por medio de personas felices, personas que amen incondicionalmente y que se tomen el tiempo para ayudar a otros

Si tienes un corazón sano. Si tienes paz con Dios. Contigo mismo. Con el próximo tienes compasión, entonces eres una persona feliz para ti mismo, para tu familia y para este mundo

Se feliz y el éxito, la bendición y la misericordia de Dios te seguirán todos los día de tu vida.

Estimado lector crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo

Científicos de la universidad de Londres afirman que la gente feliz es menos propensa a desarrollar enfermedades coronarias. El corazón del ser humano está hecho para ser feliz sano y lleno de amor. Entonces busquemos la felicidad y apoyemosla. La familia y el mundo necesita gente feliz. Si queremos cambiar el mundo necesitamos ser felices. Una persona feliz es de gran valor para sí misma y para las demás personas.

Para ser feliz se necesita tener un corazón sano. Tener un corazón dolido, amargado, herido, rencoroso, es un veneno mortal para la vida. Las emociones no sanadas, las heridas del pasado, los abusos, las palabras hirientes y las traiciones no perdonadas son el mal que tienen encarcelados a muchos, y desde luego no son felices. La relación con Dios, las relaciones con terceros, y aún el bienestar, la prosperidad y hasta la salud física, se ven dañados por emociones o corazones no sanados. El corazón adolorido, es un obstáculo para todas las cosas

Si el corazón del ser humano está mal, su espíritu queda oprimido: “El corazón alegre hermosea el rostro; Más por el dolor del corazón el espíritu se abate “(Proverbios 13:15)

Para sanar, debo reconocer en primer lugar que algo no está bien en mi corazón, confesarlo a Dios y pedirle que me ayude, Jesús dice: “…he venido a sanar a los quebrantados de corazón…”(Lucas 4:18)

En segundo lugar, perdonar. Muchas veces a terceros. No perdonar, es mantener un veneno mortal en el corazón. Perdonar es desatarte y desatar a la persona, pues existe un hilo invisible que los une. Cuando perdonas, te desatas de ese hilo y desatas a la persona, y entonces eres libre para poder ser feliz. Perdonar es dejar la ofensa a un lado y declarar palabras de bendición sobre quien te hirió, parece difícil, pero el mismo Señor Jesús nos enseña la necesidad de perdonar.

Cuando perdonas puedes ser feliz. Creo que el perdonar debería ser casi una actitud cotidiana que deberíamos de practicar

Dios conoce el dolor que hay en nuestras vidas y que nos impide ser felices porque vive en nuestro corazón. El conoce y puede sentir ese dolor porque está en nuestro corazón. Él llora contigo porque conoce tu dolor. Cuando le pides que venga a ti, el amor de Dios va descendiendo sobre tu corazón con sanidad y restauración, y entre más amor de Dios, más feliz eres.

Cuando eres feliz, puedes amar a las personas, eres libre y vas caminando en la vida feliz rumbo a la victoria, la prosperidad y el bienestar en general y serás una persona feliz para ti mismo, para tu familia y para este mundo. Si no perdono, sino amo, si no busco el bien del próximo, si no hago bien las cosas, Dios no se une a mí.

Una persona feliz tiene paz con Dios, paz consigo mismo y paz con el próximo. La paz de Dios es nuestra herencia, Jesús dice: “La paz os dejo, mi paz os doy…” (Juan 14:27) No tienes paz, no hay felicidad. Además, una persona feliz siente compasión. Compasión es sentimiento de tristeza que produce al ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, o remediarlo o evitarlo. Bíblicamente, tener misericordia y piedad. Sentir lo que la otra persona siente. Tener cuidado de alguien. Es empatía. Cuando alguien ve a otro en necesidad, con dolor o pena, toma tiempo para confortarla.

Este mundo está desesperado por felicidad y necesita experimentar el amor y la compasión de Dios por medio de personas felices, personas que amen incondicionalmente y que se tomen el tiempo para ayudar a otros

Si tienes un corazón sano. Si tienes paz con Dios. Contigo mismo. Con el próximo tienes compasión, entonces eres una persona feliz para ti mismo, para tu familia y para este mundo

Se feliz y el éxito, la bendición y la misericordia de Dios te seguirán todos los día de tu vida.

Estimado lector crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo