/ domingo 27 de junio de 2021

Casa de oración Pacto de Paz | ¿Para qué estoy aquí?

Recuerdo que de niños siempre estamos descubriendo cosas nuevas, y nos emociona. Así es el espíritu del ser humano, siempre estamos buscando descubrir cosas nuevas. Y siempre que descubrimos algo nuevo, la vida cambia, las cosas cambian para bien o para mal.

Cuando Alexander Fleming descubrió la penicilina o bencilpenicilina en 1928, el primer antibiótico empleado ampliamente en medicina en el tratamiento de infecciones provocadas por bacterias sensibles, la vida cambió. Cuando los chinos descubrieron la pólvora, la vida cambió. Cuando se descubre la cura para cualquier enfermedad, la vida cambia.

Siempre estamos descubriendo algo nuevo. Pero lamentablemente, muchas veces no descubrimos quién somos nosotros, quien soy yo. Una cosa es quien crees que eres, sin serlo. Otra cosa es quien dice a la gente que tú eres, y tampoco serlo. Y otra quien dice Dios que tú eres, y tampoco serlo, porque no lo has descubierto. El día que descubras quién eres en realidad, la vida te cambia. Cuando descubres quién eres, empiezas a vivir una vida nueva.

Cuando descubres quién eres, y no me refiero precisamente a tu nombre. Tu nombre es solo para identificarte entre el resto de seres humanos. Me refiero a quien eres de verdad. Quien dice Dios que tú eres y te identificas con ello. Es descubrir para qué fuiste diseñado, es tu propósito de vida. Fuiste diseñado a imagen de Dios. Eres un reflejo del amor de Dios. Eres un tesoro especial para Dios. Pero lamentablemente para muchos pueden pasar 30 o 40 o más años sin descubrir quiénes son.

No seamos de las personas que viven la vida mientras pasa. Simplemente, vivir por vivir, aprender a subsistir, pero llegarás a viejo, se te pasó la vida y dices: “Ya pasó”. Viviste, aguantaste la enfermedad, problemas, necesidades, la vida etc. Y te vas sin pena ni gloria. Vivimos una vida de aguante, pero ¿A qué vienes a la tierra? ¿Quién eres? El día que descubras el poder y el amor de Dios tu vida va a cambiar. No me refiero a que sepas del poder y del amor de Dios, me refiero a que los descubras en ti vida. Job dijo: “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5) Cuando descubres quién eres, la vida cambia. A un hombre le dijeron una ocasión “Hola príncipe” y la vida le cambió.

Cuando descubres quien eres en realidad, tu propósito de vida de porque estas acá en la tierra, tu vida cambia, trabajaras y vivirás para eso y serás feliz.

Muchos personajes bíblicos creían que eran lo que les habían dicho que eran, pero cuando descubrieron quienes eran en verdad según Dios, la vida les cambió.

Abraham y a Sara, por ejemplo, les cambió la vida. De ser una pareja sin descendencia se convirtieron en padres de multitudes. Y de hecho no solo a ellos, sino al mundo entero de todos los tiempos, porque de ellos viene el Salvador del mundo. Los discípulos mismos creían que eran pescadores, cobradores de impuestos etc. Pero cuando Jesús vino a ellos y les dijo que eran pescadores de hombres, la vida les cambió.

Abram tenía una vida ordinaria en medio de un pueblo pagano y ordinario, no estaba buscando a Dios, pero Dios lo estaba buscando. Saulo tenía su vida hecha, era fabricante de tiendas de campaña. Era religioso, fariseo, perseguía a los cristiano y recibía recompensa, pero no conocía en verdad a Dios, ni el propósito de su vida. Cuando lo conoció, la vida le cambió.

Cada uno hemos sido diseñados para hacer lo que Dios dijo que debíamos hacer. Depende de cada uno buscar a Dios y descubrir nuestro propósito. Esto no se trata de profesión, oficio o carrera. Esto se trata de un propósito ¿Quién soy en verdad y porque estoy acá?

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor J. Andrés Pimentel M.

Recuerdo que de niños siempre estamos descubriendo cosas nuevas, y nos emociona. Así es el espíritu del ser humano, siempre estamos buscando descubrir cosas nuevas. Y siempre que descubrimos algo nuevo, la vida cambia, las cosas cambian para bien o para mal.

Cuando Alexander Fleming descubrió la penicilina o bencilpenicilina en 1928, el primer antibiótico empleado ampliamente en medicina en el tratamiento de infecciones provocadas por bacterias sensibles, la vida cambió. Cuando los chinos descubrieron la pólvora, la vida cambió. Cuando se descubre la cura para cualquier enfermedad, la vida cambia.

Siempre estamos descubriendo algo nuevo. Pero lamentablemente, muchas veces no descubrimos quién somos nosotros, quien soy yo. Una cosa es quien crees que eres, sin serlo. Otra cosa es quien dice a la gente que tú eres, y tampoco serlo. Y otra quien dice Dios que tú eres, y tampoco serlo, porque no lo has descubierto. El día que descubras quién eres en realidad, la vida te cambia. Cuando descubres quién eres, empiezas a vivir una vida nueva.

Cuando descubres quién eres, y no me refiero precisamente a tu nombre. Tu nombre es solo para identificarte entre el resto de seres humanos. Me refiero a quien eres de verdad. Quien dice Dios que tú eres y te identificas con ello. Es descubrir para qué fuiste diseñado, es tu propósito de vida. Fuiste diseñado a imagen de Dios. Eres un reflejo del amor de Dios. Eres un tesoro especial para Dios. Pero lamentablemente para muchos pueden pasar 30 o 40 o más años sin descubrir quiénes son.

No seamos de las personas que viven la vida mientras pasa. Simplemente, vivir por vivir, aprender a subsistir, pero llegarás a viejo, se te pasó la vida y dices: “Ya pasó”. Viviste, aguantaste la enfermedad, problemas, necesidades, la vida etc. Y te vas sin pena ni gloria. Vivimos una vida de aguante, pero ¿A qué vienes a la tierra? ¿Quién eres? El día que descubras el poder y el amor de Dios tu vida va a cambiar. No me refiero a que sepas del poder y del amor de Dios, me refiero a que los descubras en ti vida. Job dijo: “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5) Cuando descubres quién eres, la vida cambia. A un hombre le dijeron una ocasión “Hola príncipe” y la vida le cambió.

Cuando descubres quien eres en realidad, tu propósito de vida de porque estas acá en la tierra, tu vida cambia, trabajaras y vivirás para eso y serás feliz.

Muchos personajes bíblicos creían que eran lo que les habían dicho que eran, pero cuando descubrieron quienes eran en verdad según Dios, la vida les cambió.

Abraham y a Sara, por ejemplo, les cambió la vida. De ser una pareja sin descendencia se convirtieron en padres de multitudes. Y de hecho no solo a ellos, sino al mundo entero de todos los tiempos, porque de ellos viene el Salvador del mundo. Los discípulos mismos creían que eran pescadores, cobradores de impuestos etc. Pero cuando Jesús vino a ellos y les dijo que eran pescadores de hombres, la vida les cambió.

Abram tenía una vida ordinaria en medio de un pueblo pagano y ordinario, no estaba buscando a Dios, pero Dios lo estaba buscando. Saulo tenía su vida hecha, era fabricante de tiendas de campaña. Era religioso, fariseo, perseguía a los cristiano y recibía recompensa, pero no conocía en verdad a Dios, ni el propósito de su vida. Cuando lo conoció, la vida le cambió.

Cada uno hemos sido diseñados para hacer lo que Dios dijo que debíamos hacer. Depende de cada uno buscar a Dios y descubrir nuestro propósito. Esto no se trata de profesión, oficio o carrera. Esto se trata de un propósito ¿Quién soy en verdad y porque estoy acá?

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor J. Andrés Pimentel M.