/ domingo 9 de mayo de 2021

Casa de oración Pacto de Paz | Fortaleza para seguir  

La resiliencia, es la capacidad del ser humano que le permite superar la adversidad y aprender de ella. Esta capacidad le permite a una persona contar con mayores recursos para afrontar el futuro, destacando las fortalezas por sobre las limitaciones.

Hoy más que nunca la vida está llena de desafíos. Enfrentar estos desafíos nos puede ayudar a descubrir los maravillosos recursos que Dios nos ha entregado para lograr salir adelante en cualquier área y disfrutar de la vida. Aunque claro está que una vida feliz y plena no depende de la ausencia de experiencias adversas, sino de cómo respondemos ante este tipo de situaciones y cuánto logramos crecer a través de ellas.

Por eso la resiliencia es una característica clave en cualquier área de la vida. Más que el entrenamiento o la capacitación adecuada, el conocimiento o la experiencia adquirida, la resiliencia es la que determinará el éxito, ya sea en un negocio, en el directorio de una empresa, en el deporte, en nuestras relaciones humanas o cualquier otro emprendimiento que el ser humano realiza.

La Biblia es nuestro mayor y mejor apoyo en momentos de adversidad; nos brinda consuelo, consejos y la corrección necesaria en los momentos precisos. En ella podemos encontrar numerosos ejemplos de resiliencia:

Un caso, por ejemplo, lo vemos en la historia de José, el joven que fue vendido como esclavo y pasó una y mil adversidades, pero su fe en Dios nunca menguó, la misma lo hizo fuerte y con el paso del tiempo llegó a ser muy poderoso como primer ministro de Egipto (Génesis 41:41)

Y qué decir del justo Job, varón perfecto y temeroso de Dios, pasó por muchas pruebas, pero al final de ellas fue perfeccionado y Dios le restauró las perdidas y le dio nuevos hijos (Santiago 5:11)

- El apóstol Pablo Cuando se transformó de fariseo religioso a cristiano radical, muchos no estaban contentos con su mensaje.

Fue golpeado, apedreado, criticado, encarcelado, paso hambres, fríos, naufragios cansancios etc. (2 Corintios 11: 24-27).

Un incidente muestra especialmente la excepcional capacidad de recuperación de Pablo. En Listra, en Asia Menor, fue apedreado, arrastrado fuera de la ciudad y dado por muerto, pero cuando sus enemigos se fueron, Pablo simplemente se levantó y regresó a la ciudad (Hechos 14: 19–20)

Dios quiere que tengamos la fortaleza que proviene de Él, quiere que aprendamos y obtengamos lecciones de los desafíos que enfrentamos y podamos crecer a través de ellos. La resiliencia puede ser innata o adquirida. Existen personas que parecen traer desde su nacimiento cierta capacidad para tolerar las frustraciones y dificultades de forma positiva, saliendo airosas y fortalecidas después de haberlas vivido. Pero también existe la posibilidad de desarrollar e incorporar en nuestra vida este tipo de recursos personales por la fe en Cristo Jesús Señor Nuestro.

Tenemos a Dios en nuestras vidas y Él nos entrega las herramientas necesarias para enfrentar cualquier desafío. Sólo debemos tener la determinación de buscar y crear una relación correcta, cercana y genuina con Dios, una relación que se vuelve íntima a través fe y de la oración.

Elegir confiar en el Señor en lugar de confiar en lo que entendemos es la mejor manera de mantenernos resistentes. Después de todo, nuestra resiliencia surge de nuestra confianza en Dios: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso no temeremos…” (Sal. 46:1-2ª)

Estimado lector crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

La resiliencia, es la capacidad del ser humano que le permite superar la adversidad y aprender de ella. Esta capacidad le permite a una persona contar con mayores recursos para afrontar el futuro, destacando las fortalezas por sobre las limitaciones.

Hoy más que nunca la vida está llena de desafíos. Enfrentar estos desafíos nos puede ayudar a descubrir los maravillosos recursos que Dios nos ha entregado para lograr salir adelante en cualquier área y disfrutar de la vida. Aunque claro está que una vida feliz y plena no depende de la ausencia de experiencias adversas, sino de cómo respondemos ante este tipo de situaciones y cuánto logramos crecer a través de ellas.

Por eso la resiliencia es una característica clave en cualquier área de la vida. Más que el entrenamiento o la capacitación adecuada, el conocimiento o la experiencia adquirida, la resiliencia es la que determinará el éxito, ya sea en un negocio, en el directorio de una empresa, en el deporte, en nuestras relaciones humanas o cualquier otro emprendimiento que el ser humano realiza.

La Biblia es nuestro mayor y mejor apoyo en momentos de adversidad; nos brinda consuelo, consejos y la corrección necesaria en los momentos precisos. En ella podemos encontrar numerosos ejemplos de resiliencia:

Un caso, por ejemplo, lo vemos en la historia de José, el joven que fue vendido como esclavo y pasó una y mil adversidades, pero su fe en Dios nunca menguó, la misma lo hizo fuerte y con el paso del tiempo llegó a ser muy poderoso como primer ministro de Egipto (Génesis 41:41)

Y qué decir del justo Job, varón perfecto y temeroso de Dios, pasó por muchas pruebas, pero al final de ellas fue perfeccionado y Dios le restauró las perdidas y le dio nuevos hijos (Santiago 5:11)

- El apóstol Pablo Cuando se transformó de fariseo religioso a cristiano radical, muchos no estaban contentos con su mensaje.

Fue golpeado, apedreado, criticado, encarcelado, paso hambres, fríos, naufragios cansancios etc. (2 Corintios 11: 24-27).

Un incidente muestra especialmente la excepcional capacidad de recuperación de Pablo. En Listra, en Asia Menor, fue apedreado, arrastrado fuera de la ciudad y dado por muerto, pero cuando sus enemigos se fueron, Pablo simplemente se levantó y regresó a la ciudad (Hechos 14: 19–20)

Dios quiere que tengamos la fortaleza que proviene de Él, quiere que aprendamos y obtengamos lecciones de los desafíos que enfrentamos y podamos crecer a través de ellos. La resiliencia puede ser innata o adquirida. Existen personas que parecen traer desde su nacimiento cierta capacidad para tolerar las frustraciones y dificultades de forma positiva, saliendo airosas y fortalecidas después de haberlas vivido. Pero también existe la posibilidad de desarrollar e incorporar en nuestra vida este tipo de recursos personales por la fe en Cristo Jesús Señor Nuestro.

Tenemos a Dios en nuestras vidas y Él nos entrega las herramientas necesarias para enfrentar cualquier desafío. Sólo debemos tener la determinación de buscar y crear una relación correcta, cercana y genuina con Dios, una relación que se vuelve íntima a través fe y de la oración.

Elegir confiar en el Señor en lugar de confiar en lo que entendemos es la mejor manera de mantenernos resistentes. Después de todo, nuestra resiliencia surge de nuestra confianza en Dios: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso no temeremos…” (Sal. 46:1-2ª)

Estimado lector crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.