/ domingo 8 de mayo de 2022

Casa de oración pacto de paz | Ahora que todo está pasando

La historia en el mundo entero cambió en diciembre de 2019. El indetenible avance del nuevo coronavirus tomó al mundo por sorpresa, cambiando súbitamente nuestra forma de vida.

En todo el mundo se cancelaron eventos deportivos, conferencias, cumbres, conciertos, bodas, viajes, negocios, reservaciones y multitud de actividades que cambiaron las prioridades súbitamente. El hombre, ser resistente a muchos cambios, ha tenido que reconocer su fragilidad y aceptar la fragilidad y fugacidad de la vida.

Ahora que todo está pasando, estamos en un punto de reflexión importante. Cuando todo esto pase ¿volveremos a ser igual que antes? Al revalorar lo esencial y la fragilidad de la vida ¿hay un camino diferente que nos gustaría tomar de aquí en adelante?

Espero que ahora que todo está pasando, haber aprendido la lección y que seamos más humanos, más solidarios, más empáticos y unidos que nunca.

La verdad es que, no habrá más cambios en nosotros que los que decidamos hacer. No es el final de la pandemia el que revelará lo que somos, son nuestros hechos de hoy los que revelan lo que seremos de hoy en adelante. Si invertimos nuestras energías en sembrar egoísmo y odio, si nos comportamos de manera vil con las personas a quienes deberíamos acoger, es seguro que no habremos aprendido la lección, y ahora de todo está pasado, seremos igual o peor que antes del covid 19.

Por el contrario, si hemos aprendido la lección, lo sucedido nos servirá para volvernos más sensibles y humanos. La crisis que hemos vivido, en medio de todas sus penas y dolores, servirá para convertirnos en mejores personas. Ayudándonos a reconocer nuestra fragilidad y a estrechar los brazos fraternales con nuestro prójimo. Si hemos aprendido lloramos con el que llora y reír con el que ríe, seguramente habremos avanzado para ser mejores seres humanos.

Por el lado divino, Dios nos dirá, ahora que todo está pasando, no se te olvidé que si estas vivo, si lograste sobreponerte al covid, fui yo quien te cuidó. David, no olvidó que en tiempo difícil, Dios cuido de él “Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano” Salmo139:5

El Dios a quien adoramos, es omnipresente. Jeremías bien lo dijo: “¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos donde yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? declara el Señor” (Jer 23:24).

Esto significa que aunque estuvimos encerrados en casa, o donde sea que estuvimos, Dios siempre estuvo ahí. Esto significa que en ese momento de crisis Dios cuidó de nosotros.

Espero en verdad, que el tiempo de espera que todo esto pasara, nos ayude para hacer crecer nuestra fe en Dios y traer cambio positivo en nuestra manera de pensar y de ver las cosas.

Ahora que todo está pasando, no olvidemos que hemos vivido un tiempo que definitivamente quedará marcado en la historia de la humanidad. Los cambios que estamos viviendo, lo que la humanidad ha sufrido, es algo que cada uno de nosotros debemos recordar, y nunca olvidar, para que nuestra vida, cuando en el nombre del Señor todo esto pase, cuando todo esto termine, nuestra vida ya no sea igual, que no sigamos cometiendo los mismos errores, que aprendamos a valorar lo que no valoramos antes.

No Debemos de olvidar que un día no pudimos saludarnos de mano y abrazarnos para que no dejemos de demostrar nuestro afecto a las personas que amamos.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor J. Andrés Pimentel M. | Pastor, Estudios teológicos

La historia en el mundo entero cambió en diciembre de 2019. El indetenible avance del nuevo coronavirus tomó al mundo por sorpresa, cambiando súbitamente nuestra forma de vida.

En todo el mundo se cancelaron eventos deportivos, conferencias, cumbres, conciertos, bodas, viajes, negocios, reservaciones y multitud de actividades que cambiaron las prioridades súbitamente. El hombre, ser resistente a muchos cambios, ha tenido que reconocer su fragilidad y aceptar la fragilidad y fugacidad de la vida.

Ahora que todo está pasando, estamos en un punto de reflexión importante. Cuando todo esto pase ¿volveremos a ser igual que antes? Al revalorar lo esencial y la fragilidad de la vida ¿hay un camino diferente que nos gustaría tomar de aquí en adelante?

Espero que ahora que todo está pasando, haber aprendido la lección y que seamos más humanos, más solidarios, más empáticos y unidos que nunca.

La verdad es que, no habrá más cambios en nosotros que los que decidamos hacer. No es el final de la pandemia el que revelará lo que somos, son nuestros hechos de hoy los que revelan lo que seremos de hoy en adelante. Si invertimos nuestras energías en sembrar egoísmo y odio, si nos comportamos de manera vil con las personas a quienes deberíamos acoger, es seguro que no habremos aprendido la lección, y ahora de todo está pasado, seremos igual o peor que antes del covid 19.

Por el contrario, si hemos aprendido la lección, lo sucedido nos servirá para volvernos más sensibles y humanos. La crisis que hemos vivido, en medio de todas sus penas y dolores, servirá para convertirnos en mejores personas. Ayudándonos a reconocer nuestra fragilidad y a estrechar los brazos fraternales con nuestro prójimo. Si hemos aprendido lloramos con el que llora y reír con el que ríe, seguramente habremos avanzado para ser mejores seres humanos.

Por el lado divino, Dios nos dirá, ahora que todo está pasando, no se te olvidé que si estas vivo, si lograste sobreponerte al covid, fui yo quien te cuidó. David, no olvidó que en tiempo difícil, Dios cuido de él “Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano” Salmo139:5

El Dios a quien adoramos, es omnipresente. Jeremías bien lo dijo: “¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos donde yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? declara el Señor” (Jer 23:24).

Esto significa que aunque estuvimos encerrados en casa, o donde sea que estuvimos, Dios siempre estuvo ahí. Esto significa que en ese momento de crisis Dios cuidó de nosotros.

Espero en verdad, que el tiempo de espera que todo esto pasara, nos ayude para hacer crecer nuestra fe en Dios y traer cambio positivo en nuestra manera de pensar y de ver las cosas.

Ahora que todo está pasando, no olvidemos que hemos vivido un tiempo que definitivamente quedará marcado en la historia de la humanidad. Los cambios que estamos viviendo, lo que la humanidad ha sufrido, es algo que cada uno de nosotros debemos recordar, y nunca olvidar, para que nuestra vida, cuando en el nombre del Señor todo esto pase, cuando todo esto termine, nuestra vida ya no sea igual, que no sigamos cometiendo los mismos errores, que aprendamos a valorar lo que no valoramos antes.

No Debemos de olvidar que un día no pudimos saludarnos de mano y abrazarnos para que no dejemos de demostrar nuestro afecto a las personas que amamos.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Pastor J. Andrés Pimentel M. | Pastor, Estudios teológicos