Este tema es muy doloroso, ya que requiere de sensibilidad humana, y de sangre o familia, porque puede y sucede que haya hijos especiales y su cuidado requiere de sacrificio, entrega, dolor, no solo de uno, sino al ver al ser humano disminuido, lo que da tristeza y pensar hasta en su futuro si uno desaparece, además de los cuidados diarios, el carácter de ellos, los enojos, enfermedades, y noches sin dormir, sin que alcance los dineros para cuidarlos más dignamente y enfermedades continuas, así como el desgaste emocional y físico de los padres, hermanos, hijos.
Muchos dicen que es una bendición y tenerlos es un regalo de Dios, lo que no pongo en duda, desde luego, pero como humano me pregunto, ¿por qué?, la gente que no vive esto, ¿sabe?, porque no discuto las decisiones divinas, pero opino por la parte humana, la falta de resistencia al dolor y trabajo que implica.
Que decir de los padres adultos mayores, ancianos, que con el paso del tiempo aparecen factores de carácter de retroceso, infantiles, egoístas y por tristeza muy humanos, con ofensas y desplantes que calan y lastiman muy en serio, hasta que ve uno y comprende la realidad de todos, pero el cuidado es lo que refiero, pero esto creo que no se si cala más o lo desgraciados que son muchos de los hermanos y hermanas, junto con los yernos y nueras, que estos quieren solo a sus padres y desprecian al de la pareja, feo, y con gestos algo infelices, sin pensar que somos iguales y vamos todos para allá, además de que es lo que aprenden nuestros hijos, de despreciar a los adultos mayores.
Pero creo hace más daño, la indiferencia de los hermanos y lo autoritarios para decidir quien lo cuide, pero atentos a la herencia los muy muertos de hambre, para mí, claro está, pero con descripción peor.
Los que no apoyan con dinero, o con poco y se dan el lujo de ordenar como jefes, y enojados, lo que me cae gordo, y en caso de edad adulta, siempre tienen ocupaciones que hacer, son más importantes que sus pares, y salen corriendo literalmente de la responsabilidad, y esperan la herencia con paciencia, como cazadores, implacables, y vea esas caras, dan asco.
La soledad del que ayuda, es recompensada por Dios, y el abandono, por el maligno, eso creo, casi lo aseguro, pero creo que dar por amor a los viejos, es sagrado, pero sin pedir nada, ni a un hermano cruel, falso, y tristemente alejado.
Esto no para, ya que muchos mandamos a los viejos al asilo, muy campantes, sin pensar en la compañía y ayuda, y los olvidamos, pero cuando nos toque, espero no pasar lo mismo, y ver las tardes solo, es cruel, una cárcel de soledad, plagada de violencia por la edad, que no es un pecado, es un peso por los tiempos y hechos que todos hacemos, y nunca pensamos en las facturas que hay que pagar, la soberbia no nos permite pensar y reflexionar en esto.
¿Por qué rechazamos a los viejos?, ¡si todos vamos para allá!, a la velocidad que guste, pero llegaremos, y no todos en las mismas condiciones, el tiempo destruye la belleza, los vicios más, los excesos salen a la cara, que ni el maquillaje oculta, los egoísmos producen más soledad y amargura, sobre todo cuando somos ególatras, que nos admiren y aplaudan, y si perdemos los valores, peor, ya que vamos a una guerra sin cuartel.