/ sábado 11 de agosto de 2018

Asqueable mercado

No hace mucho el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró que la desintegración de la Unión Soviética significó una gran catástrofe geopolítica.

Pienso la más importante de finales del siglo XX y principios del actual, pues siendo la URSS junto con Estados Unidos las únicas y antagónicas 2 superpotencias (ideológicas, políticas y militares) mundiales, una servía de sólida contención a los planes, ambiciones e intereses de la otra y viceversa, por lo que siempre existió un, digamos, “sano equilibrio” entre ambas naciones. Así, al desaparecer la Unión Soviética y el bloque socialista de sus países aliados, el mundo imaginó (gracias a la intensa propaganda mediática occidental-estadounidense) que la férrea antidemocrática falta de libertades se había extinguido del planeta junto con el comunismo, ¡Había triunfado, pues, el bien en la tierra! bajo la tutela de los EEUU, “custodios por siempre” de los valores libertarios y democráticos del mundo, amén de celosos defensores, los derechos humanos…y la propiedad privada, claro.

Es sólo que al romperse el citado “sano equilibrio”  de poder en el orbe, la realidad fue y ha sido otra muy diferente a lo imaginado, pues de aquel supuesto grave autoritarismo soviético, se pasó incuestionablemente de un salto a una verdadera dictadura, la cruel “dictadura del mercado” encabezada, obvio, por los obscuros, poderosos intereses económicos y políticos angloestadounidenses, mismos que ante la falta ya de un realmente fuerte opositor, se lanzaron con gran avidez, sin ambages ni caretas en pos de su tan acariciado “sueño imperialista”, o sea, la dominación total de mundo. Y es indudablemente a través del aberrante modelo económico neoliberal (economía de mercado), impuesto férreamente en el orbe por medio de su poderosa hegemonía global, con lo cual han ido sometiendo a regímenes de gobierno (por lo general corruptos), controlando y adueñándose turbiamente de los recursos y riquezas nacionales de países, empobreciendo así sin miramiento a sus ciudadanos y arrancándoles a estos cualquier visión de desarrollo futuro. Pero más alla de ese burdo saqueo perpetrado vilmente  por los señalados sórdidos intereses (económico-políticos) anglo norteamericanos… Aún más allá de esa inocultable voraz rapacidad de su tenazmente impuesta en el orbe “dictadura del mercado”, está también una brutal deshumanización, paradójicamente contraria a la chillona alharaca de la “sacrosanta defensa” en el mundo de las libertades y derechos humanos de los EU. Pues bajo esa asqueable “Dictadura del Mercado”, sin ningún escrúpulo se merca y trafica con todo lo que deje alguna significativa ganancia ($$$), autos, computadoras, acciones bursátiles, joyas, armas, drogas… “Todo” aún sean así seres humanos para su denigrante explotación, incluyendo, obvio, niños, sin duda lo más repugnante.

En este gran mercado global todo tiene “un precio”, se dice. Más como una cruel ironía, a lo verdaderamente más importante y esencial en el mundo, la vida humana misma, esos nauseabundos mercaderes, detentadores del “grandioso” poder económico mundial, poseídos sin duda por un enfermizo pragmatismo mercantilista NO le dan ningún VALOR. Y es que en ese multicitado “gran mercado”, los principios o valores llámese: universales, éticos patrios, morales o religiosos prácticamente no existen, pues es irrebatible que el único credo que se profesa en muchísimas de las sociedades en el orbe es un delirante materialismo que ya raya en una estúpida obsesionante adoración del “dios dinero”, cual si fuera este una “maravillosa panacea” que concediera poder y vida eternos a quienes lo poseen, provocando así una feroz ambición  por obtenerlo y, con ello, una inusitada violencia, degradación y desintegración en las sociedades, fermento irrefutable de su inminente destrucción como nación soberana, claro, para inmenso regocijo y entero beneficio de los susodichos poderosos torvos intereses económicos angloestadounidenses (Gran Capital), amos absolutos de la putrefacta “Dictadura del Mercado”… Es el “plan”.

No hace mucho el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró que la desintegración de la Unión Soviética significó una gran catástrofe geopolítica.

Pienso la más importante de finales del siglo XX y principios del actual, pues siendo la URSS junto con Estados Unidos las únicas y antagónicas 2 superpotencias (ideológicas, políticas y militares) mundiales, una servía de sólida contención a los planes, ambiciones e intereses de la otra y viceversa, por lo que siempre existió un, digamos, “sano equilibrio” entre ambas naciones. Así, al desaparecer la Unión Soviética y el bloque socialista de sus países aliados, el mundo imaginó (gracias a la intensa propaganda mediática occidental-estadounidense) que la férrea antidemocrática falta de libertades se había extinguido del planeta junto con el comunismo, ¡Había triunfado, pues, el bien en la tierra! bajo la tutela de los EEUU, “custodios por siempre” de los valores libertarios y democráticos del mundo, amén de celosos defensores, los derechos humanos…y la propiedad privada, claro.

Es sólo que al romperse el citado “sano equilibrio”  de poder en el orbe, la realidad fue y ha sido otra muy diferente a lo imaginado, pues de aquel supuesto grave autoritarismo soviético, se pasó incuestionablemente de un salto a una verdadera dictadura, la cruel “dictadura del mercado” encabezada, obvio, por los obscuros, poderosos intereses económicos y políticos angloestadounidenses, mismos que ante la falta ya de un realmente fuerte opositor, se lanzaron con gran avidez, sin ambages ni caretas en pos de su tan acariciado “sueño imperialista”, o sea, la dominación total de mundo. Y es indudablemente a través del aberrante modelo económico neoliberal (economía de mercado), impuesto férreamente en el orbe por medio de su poderosa hegemonía global, con lo cual han ido sometiendo a regímenes de gobierno (por lo general corruptos), controlando y adueñándose turbiamente de los recursos y riquezas nacionales de países, empobreciendo así sin miramiento a sus ciudadanos y arrancándoles a estos cualquier visión de desarrollo futuro. Pero más alla de ese burdo saqueo perpetrado vilmente  por los señalados sórdidos intereses (económico-políticos) anglo norteamericanos… Aún más allá de esa inocultable voraz rapacidad de su tenazmente impuesta en el orbe “dictadura del mercado”, está también una brutal deshumanización, paradójicamente contraria a la chillona alharaca de la “sacrosanta defensa” en el mundo de las libertades y derechos humanos de los EU. Pues bajo esa asqueable “Dictadura del Mercado”, sin ningún escrúpulo se merca y trafica con todo lo que deje alguna significativa ganancia ($$$), autos, computadoras, acciones bursátiles, joyas, armas, drogas… “Todo” aún sean así seres humanos para su denigrante explotación, incluyendo, obvio, niños, sin duda lo más repugnante.

En este gran mercado global todo tiene “un precio”, se dice. Más como una cruel ironía, a lo verdaderamente más importante y esencial en el mundo, la vida humana misma, esos nauseabundos mercaderes, detentadores del “grandioso” poder económico mundial, poseídos sin duda por un enfermizo pragmatismo mercantilista NO le dan ningún VALOR. Y es que en ese multicitado “gran mercado”, los principios o valores llámese: universales, éticos patrios, morales o religiosos prácticamente no existen, pues es irrebatible que el único credo que se profesa en muchísimas de las sociedades en el orbe es un delirante materialismo que ya raya en una estúpida obsesionante adoración del “dios dinero”, cual si fuera este una “maravillosa panacea” que concediera poder y vida eternos a quienes lo poseen, provocando así una feroz ambición  por obtenerlo y, con ello, una inusitada violencia, degradación y desintegración en las sociedades, fermento irrefutable de su inminente destrucción como nación soberana, claro, para inmenso regocijo y entero beneficio de los susodichos poderosos torvos intereses económicos angloestadounidenses (Gran Capital), amos absolutos de la putrefacta “Dictadura del Mercado”… Es el “plan”.