/ jueves 5 de septiembre de 2019

Afrontemos las consecuencias de nuestras decisiones

Todos los días nos enfrentamos a diferentes decisiones, desde las más “insignificantes” cómo las más importantes. Al mismo tiempo es necesario comprender que no siempre tomaremos las decisiones correctas, que siempre tendremos un gran margen de equivocación cuando vamos a tomar una decisión, más aun cuando ni siquiera tomamos en cuenta a Dios para tomar esas decisiones; creo que todos nos hemos equivocado en más de alguna vez en tomar una decisión que como consecuencia nos trajo momentos de dolor, de lamentación y de repetirnos una y otra vez: ¿Por qué lo hice?, y es que en la vida hay decisiones que de equivocarnos duelen, y duelen mucho; las malas decisiones siempre nos traerán malos resultados, es obvio que nosotros no tomamos decisiones esperando equivocarnos, la mayoría tomamos decisiones esperando que nos vaya muy bien, pero a veces tomamos decisiones orientadas por la emoción, decisiones que no pensamos, no analizamos, no reflexionamos, sino que simplemente tomamos, creyendo en ese mismo instante, que lo que estamos decidiendo es lo correcto.


¡Como duele equivocarse!, como duele haber tomado una decisión a la ligera, como duele haber pensado que era lo que teníamos que decidir y al ver los resultados como duele darnos cuenta que erramos totalmente; bueno, todos hemos tomado en la vida más de una mala decisión que como consecuencia nos trajo dolor o por lo menos un sentimiento de impotencia al saber que nosotros mismos fuimos los que provocamos esos resultados, pero tampoco podemos pasarnos la vida lamentando, llorando o reprochándonos de las decisiones que tomamos, si bien es cierto las malas decisiones me traerán malos resultados, la vida también da nuevas oportunidades, Dios es tan bondadoso que a pesar de nuestras malas decisiones siempre nos da salidas espectaculares, él es experto en transformar nuestras malas decisiones en resultados mejores, sé que te duele haberte equivocado, sé que te preguntas una y cien veces, ¿Cómo fue que llegaste a este punto?, sé lo que se siente, yo mismo lo he experimentado, yo no creo en la suerte ni en las casualidades, creo en las consecuencias de las decisiones malas que hacen los hombres y las mujeres.

¿Te has sentido mal últimamente por algún error que hayas cometido?, entonces analiza que fue lo que hiciste mal, asegúrate de no volverlo hacer, perdónate a ti mismo, y sigue adelante; cada día dedica un tiempo a reflexionar acerca de las decisiones que tienes por delante, no te apresures ni te guíes por sentimientos, sino por convicción, vale la pena tomar buenas decisiones.

Todos tomamos decisiones en la vida, las cuales tienen consecuencias, decisiones que en algunos casos son muy simples y se pueden rectificar rápidamente si nos equivocamos, pero otras son tremendamente fuertes, marcan no solamente nuestro presente sino también nuestro futuro y en esto debemos ser muy cuidadosos porque las consecuencias pueden ser impredecibles.

Ni tú ni nadie es perfecto, todos en algún momento fallamos pero si realmente queremos avanzar debemos de superarnos y corregir aquello que hicimos mal, piensa bien antes de actuar, habla y haz las cosas con sabiduría para que esa sabiduría quede sembrada en los corazones y puedas cosechar sabiduría de ellos también; sé que hay muchas personas que hoy en día estamos luchando con las consecuencias de esas decisiones que en un principio parecían correctas, pero que hoy nos damos cuenta que no lo eran.

¿Cómo están tus decisiones hoy?, hoy parece que es más fácil no decidir, perder el tiempo y seguir haciendo nada; pero la inoperancia también es negativa y las consecuencias de tus malas decisiones o de tus no elecciones, también te alcanzan.

Todos los días nos enfrentamos a diferentes decisiones, desde las más “insignificantes” cómo las más importantes. Al mismo tiempo es necesario comprender que no siempre tomaremos las decisiones correctas, que siempre tendremos un gran margen de equivocación cuando vamos a tomar una decisión, más aun cuando ni siquiera tomamos en cuenta a Dios para tomar esas decisiones; creo que todos nos hemos equivocado en más de alguna vez en tomar una decisión que como consecuencia nos trajo momentos de dolor, de lamentación y de repetirnos una y otra vez: ¿Por qué lo hice?, y es que en la vida hay decisiones que de equivocarnos duelen, y duelen mucho; las malas decisiones siempre nos traerán malos resultados, es obvio que nosotros no tomamos decisiones esperando equivocarnos, la mayoría tomamos decisiones esperando que nos vaya muy bien, pero a veces tomamos decisiones orientadas por la emoción, decisiones que no pensamos, no analizamos, no reflexionamos, sino que simplemente tomamos, creyendo en ese mismo instante, que lo que estamos decidiendo es lo correcto.


¡Como duele equivocarse!, como duele haber tomado una decisión a la ligera, como duele haber pensado que era lo que teníamos que decidir y al ver los resultados como duele darnos cuenta que erramos totalmente; bueno, todos hemos tomado en la vida más de una mala decisión que como consecuencia nos trajo dolor o por lo menos un sentimiento de impotencia al saber que nosotros mismos fuimos los que provocamos esos resultados, pero tampoco podemos pasarnos la vida lamentando, llorando o reprochándonos de las decisiones que tomamos, si bien es cierto las malas decisiones me traerán malos resultados, la vida también da nuevas oportunidades, Dios es tan bondadoso que a pesar de nuestras malas decisiones siempre nos da salidas espectaculares, él es experto en transformar nuestras malas decisiones en resultados mejores, sé que te duele haberte equivocado, sé que te preguntas una y cien veces, ¿Cómo fue que llegaste a este punto?, sé lo que se siente, yo mismo lo he experimentado, yo no creo en la suerte ni en las casualidades, creo en las consecuencias de las decisiones malas que hacen los hombres y las mujeres.

¿Te has sentido mal últimamente por algún error que hayas cometido?, entonces analiza que fue lo que hiciste mal, asegúrate de no volverlo hacer, perdónate a ti mismo, y sigue adelante; cada día dedica un tiempo a reflexionar acerca de las decisiones que tienes por delante, no te apresures ni te guíes por sentimientos, sino por convicción, vale la pena tomar buenas decisiones.

Todos tomamos decisiones en la vida, las cuales tienen consecuencias, decisiones que en algunos casos son muy simples y se pueden rectificar rápidamente si nos equivocamos, pero otras son tremendamente fuertes, marcan no solamente nuestro presente sino también nuestro futuro y en esto debemos ser muy cuidadosos porque las consecuencias pueden ser impredecibles.

Ni tú ni nadie es perfecto, todos en algún momento fallamos pero si realmente queremos avanzar debemos de superarnos y corregir aquello que hicimos mal, piensa bien antes de actuar, habla y haz las cosas con sabiduría para que esa sabiduría quede sembrada en los corazones y puedas cosechar sabiduría de ellos también; sé que hay muchas personas que hoy en día estamos luchando con las consecuencias de esas decisiones que en un principio parecían correctas, pero que hoy nos damos cuenta que no lo eran.

¿Cómo están tus decisiones hoy?, hoy parece que es más fácil no decidir, perder el tiempo y seguir haciendo nada; pero la inoperancia también es negativa y las consecuencias de tus malas decisiones o de tus no elecciones, también te alcanzan.