La convivencia humana es más conflictiva que a mi parecer, que el universo mismo, o la naturaleza en sus acomodos y relaciones de los factores de la vida.
Pero la maldad de los humanos, es increíble, y en ocasiones, hasta estúpida, pero, eso sí, lo máximo en poses afectadas y petulantes.
Porque en ocasiones en que, si me he fijado, y eso sí, sin quitarme mis propios defectos, vea cómo él o la persona insinúa, por ejemplo, los siguientes: esos que estrenan vehículos nuevos, ¿Cómo le hacen?, ¿Qué casualidad?, a uno ni le alcanza, esos que se juntan a fiestas, ¿Qué envidiosos, no creen?, esos que viajan mucho, ¿Cómo le hacen? A mí, ni para brincar las casetas de cobro en las pistas, ¿esos que compran ropa muy seguido, ¡que presumidos!, a uno, con las mismas garras, o los puestos públicos, ¿Qué harían para ocupar y llegar a esos puestazos?, porque ni con estudios logró avanzar o estar en puesto de alto rango, o si le pasa algo malo a esas personas o sus familias, el necio luego, luego, ¡por algo le pasó!, ¡algo haría!, ¡andará mal!
Esto de que dicen que dijo, ni la Corte de nuestro país lo toma como argumento válido, porque dicen que dijo, o el manejo de datos diversos, que tal vez modifique el que los usa, de él que en verdad lo emitió, o lo puede modificar y hacer daño o controlar a otras gentes, y en la vida cotidiana es lo más practicado por la mayoría de seres humanos, y se da la variedad de problemas entre todos, por causa de estos y estas vivales , aparte de mentiroso, y vea como tenemos la mala costumbre de quemar a los que nos conviene, y todavía argumentamos que no se les puede decir nada porque se enojan, como si tuvieran la obligación de aceptar algo que no dijeron, pero aun así, pasa el tiempo y al salir la verdad, las decepciones mayúsculas de todos y todas, y ver que solo la lengua los hizo fuertes, más la oportunidad de hacerlo a espaldas, lo que denominamos inteligencia pura, pero es pura puñalada trapera de manera corriente y vil.
No repito tema, porque se acercan las elecciones y empiezan los ríos de intrigas a crecer, y quitar a los más posibles de en medio, pero no se preocupe, deje que pasen y verá que sirven para tres cosas, aparte de robar, para nada, para pura chin, y para la junta de las dos anteriores, porque para algo positivo, nunca lo verán sus ojos, ni los míos.
El tema no lo repito, pero esas artes si lo hacen, y de manera fluida, rica en matices y cosas que en la mayoría son inventadas y el afectado es el último en enterarse, plato delicioso de chisme, con cigarro y café de acompañamiento, que deteriora la sociedad misma, pero no para en esto, es herencia obligada de todos y todas.
Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctorado en Educación
