/ lunes 9 de mayo de 2022

Acompañado de un Café | Soñar

Esto me parece que es parte del género humano, para abarcar de manera inclusiva, y me voy a dirigir a el hecho de soñar, pero no del sueño de una noche o momento de sueño, sino en visualizar a futuro algo que se deje, obra, manera de trabajar, inventos, edificios, para la posteridad, y no como vanidad, o fugaz como bengala, y se tiene edificios antiquísimos de otras civilizaciones, que perduran aun hoy, y generaciones han desparecido sin saber nombres o actividades.

Pero si lo analizamos con la inteligencia temporal, tenderemos riquezas, propiedades, poder económico, político y por cierto muy rápido en la historia, además de que recuerde que nadie debemos de opinar porque se enojan, y aun así los podemos dejar de lado, de todas maneras somos todos de paso, ellos, uno, todos, y los recuerdos, no nos importan a la mayoría, pero son parte de la historia, como ejemplo en Parral, el Palacio Alvarado, y otros, que gracias a la fuente histórica del Dr. Guerrero, y el Sr. Baca, nos inculcan y contagian este sentido de admiración por lo que existe de manera muda, pero gritando una existencia a veces en derrumbe.

Pero si entendemos esta hambre de posesiones, es entendible, justificable, inteligente, pero la cuestión, es al final, nada se lleva y se queda en manos a veces muy ansiosas de venderlas y poseer dinero, y la riqueza arquitectónica, pues nada vale.

Y nuestra historia es muy cruda, riquezas temporales, y personas brillantes, poderosos, pero ya en el olvido de las mayorías, y ni rastro de ellos, y que en ocasiones es mejor, pero mucho mejor, para que explique ese rechazo tan agresivo a las actitudes irracionales de la convivencia humana.

Apreciar un atardecer es hermoso, el campo, pero la civilización tiene también encantos, que destrozamos por incultos, y sin poder alcanzar a ver los efectos en el tiempo, porque ni lo queremos imaginar, pero es fatal, a todos nos llegara de un momento a otro, y ni las vanidades lo compongan de manera alguna, sin saber el destino de lo que acumulamos, ya que nos daría coraje y miedo, tantos actos para llegar a nada, y nadie sabe para quién trabaja.

Creo que, si soñamos en dejar algo en este mundo, seria, menos la guerra entre los seres humanos, y más ayudas, menos peligros, menos ambiciones, pero no se moleste, junte lo que pueda y por favor deje testamento.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctor en Educación

Esto me parece que es parte del género humano, para abarcar de manera inclusiva, y me voy a dirigir a el hecho de soñar, pero no del sueño de una noche o momento de sueño, sino en visualizar a futuro algo que se deje, obra, manera de trabajar, inventos, edificios, para la posteridad, y no como vanidad, o fugaz como bengala, y se tiene edificios antiquísimos de otras civilizaciones, que perduran aun hoy, y generaciones han desparecido sin saber nombres o actividades.

Pero si lo analizamos con la inteligencia temporal, tenderemos riquezas, propiedades, poder económico, político y por cierto muy rápido en la historia, además de que recuerde que nadie debemos de opinar porque se enojan, y aun así los podemos dejar de lado, de todas maneras somos todos de paso, ellos, uno, todos, y los recuerdos, no nos importan a la mayoría, pero son parte de la historia, como ejemplo en Parral, el Palacio Alvarado, y otros, que gracias a la fuente histórica del Dr. Guerrero, y el Sr. Baca, nos inculcan y contagian este sentido de admiración por lo que existe de manera muda, pero gritando una existencia a veces en derrumbe.

Pero si entendemos esta hambre de posesiones, es entendible, justificable, inteligente, pero la cuestión, es al final, nada se lleva y se queda en manos a veces muy ansiosas de venderlas y poseer dinero, y la riqueza arquitectónica, pues nada vale.

Y nuestra historia es muy cruda, riquezas temporales, y personas brillantes, poderosos, pero ya en el olvido de las mayorías, y ni rastro de ellos, y que en ocasiones es mejor, pero mucho mejor, para que explique ese rechazo tan agresivo a las actitudes irracionales de la convivencia humana.

Apreciar un atardecer es hermoso, el campo, pero la civilización tiene también encantos, que destrozamos por incultos, y sin poder alcanzar a ver los efectos en el tiempo, porque ni lo queremos imaginar, pero es fatal, a todos nos llegara de un momento a otro, y ni las vanidades lo compongan de manera alguna, sin saber el destino de lo que acumulamos, ya que nos daría coraje y miedo, tantos actos para llegar a nada, y nadie sabe para quién trabaja.

Creo que, si soñamos en dejar algo en este mundo, seria, menos la guerra entre los seres humanos, y más ayudas, menos peligros, menos ambiciones, pero no se moleste, junte lo que pueda y por favor deje testamento.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctor en Educación