/ lunes 6 de junio de 2022

Acompañado de un Café | Guerras y Armas

Este tema no es un sueño, está a la vuelta de la esquina en este globo terráqueo, y nos repercute a todos, nos metamos o no, o siquiera opinemos algo, a pesar de los destructores que gritan que no se hable de esos temas, solo de cosas positivas y bonitas, dejando de lado la maldad del ser humano, que es más presente que las bondades, por cierto.

En las noticias y el internet, salen armas tan sofisticadas que parecen caricaturas de guerreros, de ciencia ficción o ciencia adelantada como se le llama ahora, pero de alta destrucción, y es de la saña del ser humano contra el mismo género humano, incluyendo a todos y todas y otras preferencias y libertades, sin distingo, pero con odio, sin pensar que el camino termina igual para todo mundo.

Armas de aire, tierra, mar, que su uso es sencillo y mortífero, de alto costo, y es notorio, mejor en un arma que en granos para sembrar, en lugar de semillas, balas, y de abono, sangre y cuerpos destrozados.

Me sorprende que en nuestro país nos vieran los muertos de hambre de poder, para que los mexicanos no tengamos armas, lo que al 50 % celebro bien, pero en una guerra nos despedazarían de lo lindo, sin contar las tablas, y masacres de los poderes ocultos, aunque ya no tanto, de los cotos de poder, tan temporales que hasta se enfrían de lo rápido, pero esa es otra historia, pero desarmados nos controlan mejor, y hasta con gestos de enojo, amenazas de correrlo a uno, de bloqueo y silencios que rayan en lo estúpido, como niños y niñas caprichosos y caprichosas, que sin analizar esas actitudes, no se dan cuenta que le quitan poder a las instituciones públicas, pero si ve despacio, los dejamos ser y comprenderemos que solo son un estallido de soberbia, de basura.

Esas armas son tan impresionantes, pero no pensamos en el costo de las balas, combustible, tecnología, que, si presume de ser positivo, sería mejor de cultivos, medicina, cuidar la naturaleza, que es donde en serio se requiere de ser inteligente, positivo, y enamorado de la vida, no de la muerte como en las guerras.

Vea a los soldados y delincuentes, que se pavonean muy ufanos con armas ante gente desarmada, con aire de superioridad y los que los mandan, escondidos para ser más inteligentes y destructivos, y andar en la calle desapercibidos entre la gente, la misma que atemorizan a espaldas y cínicamente, quieren ser tan comunes en el paseo, pero letales en la oscuridad.

Los aviones, tanques, rifles, bombas, submarinos, carros de guerra, y satélites, usados para matar, bonita ocupación, pero es el orgullo de los seres humanos, destruir, destruir, y ser los que se queden solos para mandar, ilógico, estúpido, pero real.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctor en Educación

Este tema no es un sueño, está a la vuelta de la esquina en este globo terráqueo, y nos repercute a todos, nos metamos o no, o siquiera opinemos algo, a pesar de los destructores que gritan que no se hable de esos temas, solo de cosas positivas y bonitas, dejando de lado la maldad del ser humano, que es más presente que las bondades, por cierto.

En las noticias y el internet, salen armas tan sofisticadas que parecen caricaturas de guerreros, de ciencia ficción o ciencia adelantada como se le llama ahora, pero de alta destrucción, y es de la saña del ser humano contra el mismo género humano, incluyendo a todos y todas y otras preferencias y libertades, sin distingo, pero con odio, sin pensar que el camino termina igual para todo mundo.

Armas de aire, tierra, mar, que su uso es sencillo y mortífero, de alto costo, y es notorio, mejor en un arma que en granos para sembrar, en lugar de semillas, balas, y de abono, sangre y cuerpos destrozados.

Me sorprende que en nuestro país nos vieran los muertos de hambre de poder, para que los mexicanos no tengamos armas, lo que al 50 % celebro bien, pero en una guerra nos despedazarían de lo lindo, sin contar las tablas, y masacres de los poderes ocultos, aunque ya no tanto, de los cotos de poder, tan temporales que hasta se enfrían de lo rápido, pero esa es otra historia, pero desarmados nos controlan mejor, y hasta con gestos de enojo, amenazas de correrlo a uno, de bloqueo y silencios que rayan en lo estúpido, como niños y niñas caprichosos y caprichosas, que sin analizar esas actitudes, no se dan cuenta que le quitan poder a las instituciones públicas, pero si ve despacio, los dejamos ser y comprenderemos que solo son un estallido de soberbia, de basura.

Esas armas son tan impresionantes, pero no pensamos en el costo de las balas, combustible, tecnología, que, si presume de ser positivo, sería mejor de cultivos, medicina, cuidar la naturaleza, que es donde en serio se requiere de ser inteligente, positivo, y enamorado de la vida, no de la muerte como en las guerras.

Vea a los soldados y delincuentes, que se pavonean muy ufanos con armas ante gente desarmada, con aire de superioridad y los que los mandan, escondidos para ser más inteligentes y destructivos, y andar en la calle desapercibidos entre la gente, la misma que atemorizan a espaldas y cínicamente, quieren ser tan comunes en el paseo, pero letales en la oscuridad.

Los aviones, tanques, rifles, bombas, submarinos, carros de guerra, y satélites, usados para matar, bonita ocupación, pero es el orgullo de los seres humanos, destruir, destruir, y ser los que se queden solos para mandar, ilógico, estúpido, pero real.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctor en Educación