/ lunes 30 de mayo de 2022

Acompañado de un café | Generaciones

Esta forma de evolucionar la vida, es muy contrastante, pero cíclica, porque las nuevas generaciones están dando batalla de la buena, quieren ser, sobresalir, trabajar, y por suerte me ha tocado muchos con valores sólidos, no con la inteligencia del voluble y caprichoso, lo que es buen síntoma para la supervivencia de nuestra sociedad, ya que la lógica nos advierte que somos de paso y que no dejamos cosas de categoría o sobresaliente, porque nos limitamos a una egolatría muy pronunciada.

Los nuevos profesionistas están con el ánimo de prepararse y no ser avasallados por nosotros los viejos, como me sucedió a mi cuando llegue a mi pueblo, los viejos amañados se decían ellos solos que debían de llevar las riendas de la sociedad, y al ir viendo como trabajaban, pues puras mentiras, y a lo largo de la vida se ha ido descubriendo tristemente, pero esa es otra historia llena de esas miserias.

Aun el libertinaje tomado como derecho, no es muy aceptado por la juventud, por no llevar a ningún lado y que empiezan a ver el transcurso del tiempo en sus personas, y como cresen las familias, porque buscan más lo solido que lo efímero del relajo, lo que es súper importante, para todos.

Esto lo percibo más tranquilo, por no solo la edad, sino por sopesar las cosas, lo que equivale a tener conciencia de lo que se vive, lo que se hace, lo que se busca y las consecuencias de ello.

Las libertades sexuales las disfrutan como todos, pero no se enredan en eso, porque es temporal, y ni la vanidad les dará el lugar que el trabajo lo haga, así como las actitudes y maneras de trabajar, que, aunque se escuche ridículo, es como la de los viejos, trabajar para ganar, pero a la larga, con seriedad y sueños de brillar con el esfuerzo, con solidez.

Lástima que muchos de los viejos seamos tan aferrados a presumir de únicos, lo que es normal, pero la experiencia me dice otra cosa, lo que se edifica con trabajo, perdura en la historia y los recuerdos de muchos, más las envidias, también, pero como asombro, no como grandeza, es más, con temor de esos y esas.

En esta reflexión, me tocó que un joven abriera un centro de trabajo, Lic. Herrera, lo que me llena de respeto y siento que, si existen cosas mejores que uno, y espero les vaya de lo mejor, trabajo con responsabilidad, y madurez, un abogado nuevo, excelente actitud, pero espero le vaya de lo mejor a su equipo y él, de corazón.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctorado en Educación

Esta forma de evolucionar la vida, es muy contrastante, pero cíclica, porque las nuevas generaciones están dando batalla de la buena, quieren ser, sobresalir, trabajar, y por suerte me ha tocado muchos con valores sólidos, no con la inteligencia del voluble y caprichoso, lo que es buen síntoma para la supervivencia de nuestra sociedad, ya que la lógica nos advierte que somos de paso y que no dejamos cosas de categoría o sobresaliente, porque nos limitamos a una egolatría muy pronunciada.

Los nuevos profesionistas están con el ánimo de prepararse y no ser avasallados por nosotros los viejos, como me sucedió a mi cuando llegue a mi pueblo, los viejos amañados se decían ellos solos que debían de llevar las riendas de la sociedad, y al ir viendo como trabajaban, pues puras mentiras, y a lo largo de la vida se ha ido descubriendo tristemente, pero esa es otra historia llena de esas miserias.

Aun el libertinaje tomado como derecho, no es muy aceptado por la juventud, por no llevar a ningún lado y que empiezan a ver el transcurso del tiempo en sus personas, y como cresen las familias, porque buscan más lo solido que lo efímero del relajo, lo que es súper importante, para todos.

Esto lo percibo más tranquilo, por no solo la edad, sino por sopesar las cosas, lo que equivale a tener conciencia de lo que se vive, lo que se hace, lo que se busca y las consecuencias de ello.

Las libertades sexuales las disfrutan como todos, pero no se enredan en eso, porque es temporal, y ni la vanidad les dará el lugar que el trabajo lo haga, así como las actitudes y maneras de trabajar, que, aunque se escuche ridículo, es como la de los viejos, trabajar para ganar, pero a la larga, con seriedad y sueños de brillar con el esfuerzo, con solidez.

Lástima que muchos de los viejos seamos tan aferrados a presumir de únicos, lo que es normal, pero la experiencia me dice otra cosa, lo que se edifica con trabajo, perdura en la historia y los recuerdos de muchos, más las envidias, también, pero como asombro, no como grandeza, es más, con temor de esos y esas.

En esta reflexión, me tocó que un joven abriera un centro de trabajo, Lic. Herrera, lo que me llena de respeto y siento que, si existen cosas mejores que uno, y espero les vaya de lo mejor, trabajo con responsabilidad, y madurez, un abogado nuevo, excelente actitud, pero espero le vaya de lo mejor a su equipo y él, de corazón.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctorado en Educación