/ lunes 22 de noviembre de 2021

Acompañado de un Café | Control y Dominio

No es tema nuevo, pero el planteamiento, creo sí, es referente a la costumbrita muy usada de controlar las situaciones por parte de personas algo elevadas de ego y maldad, porque actúan como si fueran especiales y sobre las personas, ordenando: ¡que se diga!, ¡hasta donde!, ¡con quien!, pero siendo personas tan iguales y comunes como uno, pero con mañas muy finas y astutas, y lo usan en cuestiones sindicales, de política, de economía, laborales, familiares y rompe con las filosofías de ser cada uno libre, autónomo, y ser responsable de sus actos, lo que trato de exponer, y me arriesgo a lastimar esos egos tan dañinos, porque ordenan y sin documento que los avale que son más que uno, o uno menos que esos, tristemente tan iguales, pero no en esas mañas.

Lo peligroso, es que esa costumbrita, es digamos, la sazón diaria, y analice que muchos hacen eso y dirigen las cosas a su voluntad, y por lo general, es corta, a sus parientes y amigos, pero nada más, vacía, dañina, y no ataco, porque el que verdaderamente ataca es al que se le descubre la maña, estrategia, capacidad o inteligencia según ese mismo o esa misma, ya que no es exclusiva de los hombres, también algunas mujeres utilizan ese arte de controlar, después presumir que saben dirigir las cosas en todo terreno, lo que es ridículo, porque los resultados saltan a la vista, agrediendo conque los demás somos los problemáticos, conflictivos y más yerbas, como es su salida rápida, y al final, se derrumba por no estar firme o consolidado en algo cierto.

Se usa en grupos pequeños para dominar más grandes, y señalan la línea que se debe de usar, para mantener el control, y dominar la situación en lo particular, y con las jerarquías en lo general, pero es solo dominar, y hacer su voluntad, sin respeto al derecho, a la persona, a los sentimientos, es a fuerza determinar que sientan y hasta donde, y no exagero, es tristemente esa actividad cotidiana, y todavía se hacen los ofendidos para pasarla bien y fregarnos a los demás.

Esto se da en todos los círculos donde haya personas, y los más gandallas son por lo general los más violentos y enojones porque no se hace su voluntad, presumiendo de capacidad de liderazgo, de bondad, lo que es cómico, pero real, y es una cosa en verdad molesta, esos ególatras y hasta con conductas infantiles, estorban, para un convivir armónico.

Hasta en lo religioso, porque si no se inclina como el o la otra quieren, salen gritando que es un hereje y a destruirlo, y se hacen de satélites o cómplices para tal efecto.

Son mañas, pero muy añejas del ser humano, no traen nada nuevo, ni lo traerán.

Víctor Santini Reza | Maestro en Derecho Penal

No es tema nuevo, pero el planteamiento, creo sí, es referente a la costumbrita muy usada de controlar las situaciones por parte de personas algo elevadas de ego y maldad, porque actúan como si fueran especiales y sobre las personas, ordenando: ¡que se diga!, ¡hasta donde!, ¡con quien!, pero siendo personas tan iguales y comunes como uno, pero con mañas muy finas y astutas, y lo usan en cuestiones sindicales, de política, de economía, laborales, familiares y rompe con las filosofías de ser cada uno libre, autónomo, y ser responsable de sus actos, lo que trato de exponer, y me arriesgo a lastimar esos egos tan dañinos, porque ordenan y sin documento que los avale que son más que uno, o uno menos que esos, tristemente tan iguales, pero no en esas mañas.

Lo peligroso, es que esa costumbrita, es digamos, la sazón diaria, y analice que muchos hacen eso y dirigen las cosas a su voluntad, y por lo general, es corta, a sus parientes y amigos, pero nada más, vacía, dañina, y no ataco, porque el que verdaderamente ataca es al que se le descubre la maña, estrategia, capacidad o inteligencia según ese mismo o esa misma, ya que no es exclusiva de los hombres, también algunas mujeres utilizan ese arte de controlar, después presumir que saben dirigir las cosas en todo terreno, lo que es ridículo, porque los resultados saltan a la vista, agrediendo conque los demás somos los problemáticos, conflictivos y más yerbas, como es su salida rápida, y al final, se derrumba por no estar firme o consolidado en algo cierto.

Se usa en grupos pequeños para dominar más grandes, y señalan la línea que se debe de usar, para mantener el control, y dominar la situación en lo particular, y con las jerarquías en lo general, pero es solo dominar, y hacer su voluntad, sin respeto al derecho, a la persona, a los sentimientos, es a fuerza determinar que sientan y hasta donde, y no exagero, es tristemente esa actividad cotidiana, y todavía se hacen los ofendidos para pasarla bien y fregarnos a los demás.

Esto se da en todos los círculos donde haya personas, y los más gandallas son por lo general los más violentos y enojones porque no se hace su voluntad, presumiendo de capacidad de liderazgo, de bondad, lo que es cómico, pero real, y es una cosa en verdad molesta, esos ególatras y hasta con conductas infantiles, estorban, para un convivir armónico.

Hasta en lo religioso, porque si no se inclina como el o la otra quieren, salen gritando que es un hereje y a destruirlo, y se hacen de satélites o cómplices para tal efecto.

Son mañas, pero muy añejas del ser humano, no traen nada nuevo, ni lo traerán.

Víctor Santini Reza | Maestro en Derecho Penal